Por: Pablo Carranza
El analista político Ángel Delgado recomendó que el gobierno de Dina Boluarte debería crear un mecanismo para que el Banco Central de Reserva adquiera el oro explotado por los mineros artesanales y, así, evitar que este se vaya de contrabando a Bolivia desde donde es exportado legalmente.
«El beneficio concreto es el que una importante cantidad de mineral, sobre todo de oro, se va fuera de las fronteras nacionales cuando debería quedarse acá», especificó, en declaraciones al diario La Razón.
«Creo que alguna medida de regularización debería ser que el Banco Central de Reserva compre a los mineros a precio de mercado este oro que extraen, de modo tal que el Estado peruano podría atesorar el oro, que como usted sabe es una mercancía dura, a cambio de billetes emitidos por el banco y esto garantizaría dos cosas: que este dinero no se vaya a otros lugares, y por el contrario fortalezca las reservas en oro que tiene el país. Eso es un tema importante».
El especialista explicó que «el hecho que haya un amplio sector de la población que se dedica a una economía que no está regulada y, por lo tanto, catalogada como minoría informal, es una realidad frente a la cual no podemos nosotros adoptar la política del avestruz, o sea, negar el hecho, sino al contrario, afrontarla con valentía y buscar resolver el problema de modo tal que se pueda atender, en primer lugar, la fuerza de trabajo de un sector muy importante de la población que se dedica a esta actividad y, en segundo lugar, canalizar por las vías ordinarias, por las vías legales, el producto de ese trabajo, esa extracción que se lleva a cabo, es verdad, en forma irregular, a veces contraviniendo la normativa legal al respecto, pero es un hecho que existe y frente al cual, repito, el Estado peruano en los últimos años ha sido incapaz de darle algún tipo de solución».
Sin embargo, matizó que «hay un tema que tiene que resolverse de la siguiente manera, el sistema de denuncias mediante el cual determinadas personas establecen amplias zonas del territorio para la exploración minera, es un derecho que está consagrado en la legislación peruana, por un lado, pero también es cierto que este derecho a las actividades de exploración y de prospección, como se llama, tiene que establecer un límite, porque si no hay una actividad por parte de esta gente, o sea, los titulares de estas concesiones no ponen en actividad las actividades de exploración y de prospección, de búsqueda de minerales, lo que va a suceder es que otras personas van a ocupar esos espacios vacíos dejados y es ahí donde se produce el conflicto».
De esa manera, entonces, indicó, “se va a fortalecer nuestra economía más aún. Ahora bien, una vez que esto se empieza a regularizar y los mineros informales ven que como fruto de su trabajo, de la explotación de los minerales, están recibiendo un precio competitivo van a la oferta para que se formalicen y que tengan condiciones de trabajo dignas, que actúen conforme a ley, es un atractivo real, porque no se hace en el aire, no se hace en abstracto, sino se hace desde una posición donde ellos están ganando».
Por otro lado, dijo que «una vez que se formen pequeñas empresas o estos mineros informales empiecen a organizarse, ahí ya se puede empezar a tener políticas de contribución tributaria como un aspecto, pero no podemos poner por delante ni las medidas represivas, ni multas, ni políticas tributarias, si es que nosotros no resolvemos el tema de que el producto de este trabajo informal sea más atractivo llevarlo afuera que se quede en el Perú. Esa es una primera cuestión fundamental. Si la gente entiende que llevarlo a Bolivia afuera es más conveniente, entonces lo que va a pasar es que se va a producir un drenaje de recursos y vamos a seguir con la informalidad.
Asimismo, resaltó que «lo más importante es que ese dinero no se pierda. Ahora, si ese dinero se mantiene y los mineros informales están recibiendo a precio de mercado una compensación económica justa, suficiente y atractiva, entonces, primero, no van a sacarlo afuera y, en segundo lugar, van a empezar a ser receptivos a las invitaciones del gobierno para que empiece la formalización, entre ellas la tributación y todo lo demás. Pero el tema fundamental, creo yo, es que el producto de esta actividad no se pierda, no se vaya».
