Avión del papa fue escoltado por Mirage de la FAP hasta Lima
Su Santidad recibió con felicidad saludo del pueblo peruano, rezó el Ave María y pidió que recemos por él.
La bienvenida que tuvo Francisco al llegar a nuestro país empezó antes de que bajara del avión. Y es que ni bien la nave que traía al Santo Padre desde Chile, ingresó a espacio aéreo peruano, tres aviones de la Fuerza Aérea del Perú (FAP) lo escoltaron hasta su arribo en la capital.
Los Mirage 2000 de la FAP partieron de la Base Aérea de La Joya, en Arequipa, al encuentro de Francisco.
El Sumo Pontífice arribó al grupo Aéreo Número 8 del Callao a las 16:32 horas, una hora antes de lo previsto.
A los pocos minutos, el director general de Protocolo y Ceremonial del Estado, embajador Juan Carlos Gamarra, junto con el Nuncio Apostólico, monseñor Nicolás Girasoli, subieron al avión para invitar a su Santidad a descender de la nave.
Luego el Santo Padre descendió de las escalinatas del avión para recibir el saludo y la bienvenida, a nombre de la Nación, del presidente Pedro Pablo Kuczynski quien estuvo acompañado por su esposa Nancy Lange.
Acto seguido, dos niños entregaron flores al Santo Padre y la ceremonia protocolar continuó con el saludo de miembros de la Iglesia Católica peruana y autoridades políticas del país.
El Santo Padre se retiró de la base militar en un auto con lunas polarizadas, con el cual recorrió la avenida Faucett.
La comitiva papal, estuvo conformada por unos 30 vehículos, y fue escoltada por personal y vehículos de seguridad, mientras que el público hizo flamear banderas con los colores amarillo y blanco, que representan al Vaticano.
En el cruce de las avenidas Brasil y Del Ejército, Francisco recibió el saludo de los alcaldes de Lima, Luis Castañeda; así como de los burgomaestres distritales de Magdalena del Mar, Francis Allison; y de San Miguel, Eduardo Bless.
Allí, el Papa Francisco recibió las Llaves de la Ciudad de manos del alcalde Luis Castañeda.
Luego, abordó el papamóvil para recorrer la avenida Brasil, seguir por la avenida Guzmán Blanco y continuar por la avenida Salaverry hasta llegar a la Nunciatura Apostólica donde dio un breve discurso.
«Gracias de corazón. Quisiera darles a todos ustedes y a sus familias la bendición (…)», señaló.
El Sumo Pontífice rezó el Ave María y pidió que oren por él. «Recen por mí, no se olviden», remarcó, para después ingresar a la Nunciatura donde pernoctó.