Las llamas consumen mansiones y transforman vecindarios de lujo en cenizas. Autoridades califican el incendio como uno de los peores desastres naturales en la historia de la ciudad.
La costa de Malibú, conocida por su glamour y exclusividad, se encuentra sumida en una tragedia sin precedentes. El incendio de Palisades, que estalló el martes, ha arrasado con más de 7.700 hectáreas, dejando a su paso un rastro de destrucción en Pacific Palisades y Malibú, dos de las zonas más privilegiadas de Los Ángeles. Las imágenes aéreas han revelado un panorama desolador: hileras de viviendas multimillonarias reducidas a cenizas y calles convertidas en cementerios de estructuras carbonizadas.
«Es seguro decir que este es uno de los desastres naturales más devastadores en nuestra historia reciente», afirmó Kristin Crowley, jefa de bomberos de Los Ángeles, en una conferencia de prensa el jueves. Según sus estimaciones iniciales, cientos de propiedades han sido completamente destruidas, mientras que los restos de algunas mansiones han sido incluso arrastrados al océano por la intensidad del fuego.
El incendio ha cobrado al menos dos vidas, aunque las autoridades aún no confirman el número exacto de fallecidos. El acceso a las áreas más afectadas sigue restringido tanto para el público como para los residentes, quienes fueron evacuados a medida que las llamas se extendían con rapidez.
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Nathan Hochman, fiscal del distrito de Los Ángeles, describió su visita a las ruinas de la casa de su hermana como una experiencia “apocalíptica”. «Desde los años 90, cuando enfrentamos incendios, inundaciones y disturbios, no había presenciado un desastre de esta magnitud en nuestra ciudad», declaró con evidente consternación.
Los daños son especialmente visibles en Pacific Palisades, donde algunas casas permanecen intactas, mientras otras no son más que chimeneas y palmeras calcinadas. El piloto de helicópteros Albert Azouz, quien ha sobrevolado la zona durante casi una década, expresó su asombro. «Es devastador; todo ha desaparecido», comentó al observar el paisaje desolado desde el aire.
Mientras los equipos de emergencia trabajan para controlar el fuego, el futuro de estos emblemáticos vecindarios de Los Ángeles es incierto. Para muchos residentes, las llamas no solo han consumido sus hogares, sino también años de recuerdos y sueños.
