Entrevista exclusiva al Representante de Crimea ante el presidente de Rusia.
Por Ricardo Sánchez Serra
Moscú.- En entrevista con Georgy Muradov, Representante Permanente de la República de Crimea ante el presidente de Rusia, vicepresidente del Consejo de Ministros de la República de Crimea, esclarece las relaciones históricas entre Crimea y Rusia. En esa península el príncipe Vladimir cristianizó Rusia. Por un referendo nacional, la población decidió ser parte de Rusia.
-Crimea no es reconocida por la mayoría de los países del mundo como parte de Rusia. ¿De qué manera, en su opinión, su anexión a Rusia en 2014 cumple con el derecho internacional?
Me gustaría recordar brevemente la historia centenaria de Crimea, contar por qué Crimea es la tierra rusa auténtica. En el siglo X surgió el principado ruso de Tmutarakan en parte del territorio de la península. En Crimea, el príncipe Vladimir se convirtió al cristianismo y bautizó a Rus en 988. A raíz de la invasión mongola-tártara, Crimea pasó a formar parte de la Horda de Oro, y luego del Imperio Otomano que efectuaba saqueos en las regiones fértiles de Rusia.
Los intentos de Rusia de resolver estos problemas con el Imperio Otomano en el campo de batalla comenzaron a finales de los siglos XVII y XVIII. Basta recordar las campañas del Príncipe Golitsyn, comandantes Minikh, Dolgorukov-Krymsky, las victorias de Rumyantsev y Suvorov, y las de Ushakov… Pero lo principal son los esfuerzos del estadista Grigory Potemkin, el favorito de la emperatriz Catalina II, que no solo conquistó, sino desarrolló el territorio de Novorossia. El 19 de abril de 1783, Catalina II firmó un manifiesto «Sobre la incorporación de la península de Crimea al Estado Ruso». Así Crimea se hizo rusa para siempre.
Muy a menudo el pueblo ruso tuvo que defender esta tierra, incluso con armas: además de las batallas con el Kanato de Crimea y los otomanos, la defendieron de ataques de la coalición de Gran Bretaña, Francia y Turquía en el siglo XIX, y en 1941-1945 – de Alemania nazi. La ciudad de la gloria militar de Rusia – Sebastópol – y sus habitantes mostraron ejemplo de admirable resistencia y coraje. Cada centímetro de esta tierra está cubierto de sangre de nuestros soldados.
En 1954, de acuerdo a lo que hoy parece una decisión poco comprensible del Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista, Kruschev, Crimea fue transferida formalmente a la República Socialista Soviética de Ucrania. En aquel tiempo el pueblo soviético no le atribuyó ninguna importancia a esto hecho ya que todos vivían en una sola familia fraternal de los pueblos de la URSS. Pero después de 1991, la cuestión de Crimea surgió de nuevo y con mayor tensión.
Después del colapso de la URSS, a la población de la península no le concedieron el derecho a pronunciarse sobre su adhesión a una Ucrania independiente. Sin embargo, los crimeanos seguían sintiéndose parte de Rusia con la historia milenaria y no de un joven estado ucraniano. El 20 de enero de 1991, por decisión del Consejo Regional de Diputados de Crimea, se llevó a cabo el primer referéndum, en el que el 93 % de los participantes votaron a favor de que Crimea se convirtiera en un sujeto independiente dentro de la URSS.
Sin embargo, sus resultados fueron ignorados por las autoridades ucranianas. Los intentos de celebrar otro referéndum de independencia en 1992 fueron hábilmente frustrados: Ucrania aprovechó su ventaja en infraestructura y cortó el suministro de agua a la península.
Sin embargo, en Crimea posteriormente se llevaban a cabo numerosas manifestaciones y se creaban decenas de organizaciones prorrusas. No es de extrañar que, en 2014, cuando se preguntó la opinión de los habitantes de Crimea por primera vez desde 1991, ellos inmediatamente lo aprovecharon para regresar a casa.
El 23 de febrero de 2014 se perpetró un golpe de Estado en Kiev y el presidente de Ucrania Víktor Yanukovich fue derrocado. La Constitución de este país fue pisoteada. Un grupo de personas tomó y se apropió de poderes estatales por fuerza y de manera violenta.
Al mismo tiempo, en Crimea, a diferencia de Kiev, siguieron funcionando órganos gubernamentales legítimamente elegidos y la República Autónoma de Crimea siguió ejerciendo su soberanía en su territorio de conformidad con su Constitución. Hay que tener en cuenta que esta República conservó su estatus especial, que iba más allá del carácter unitario del Estado ucraniano debido a su diferente composición nacional en comparación con Ucrania (65 % de etnia rusa y 13 % de tártaros de Crimea). La permanencia de Crimea en Ucrania tras la declaración de la soberanía de la República Autónoma de Crimea mediante la Ley del 11 de septiembre de 1991 fue un compromiso basado en el respeto de sus derechos especiales como entidad autónoma dentro de la Ucrania unitaria. El golpe de Estado en Kiev y la amenaza de limpieza étnica y guerra civil que pesaban sobre Crimea eliminaron este compromiso.
Según la Constitución de Ucrania de 1996, el territorio de Crimea gozaba de un estatus jurídico autónomo vinculado con los derechos de los pueblos. Según el artículo 138.2 de esta sección de la Constitución de Ucrania, en particular, la jurisdicción de la República Autónoma de Crimea incluye “la organización y celebración de referendos locales”, y el posible tema de dichos referendos no se limita a este artículo de la Constitución dedicado a Crimea.
Las acciones de las autoridades de Crimea en aquellas condiciones en Ucrania tenían un carácter legal. A base del convincente resultado del referéndum (el 96,77 % de los votantes apoyaron la reunificación de Crimea con Rusia con una participación del 83,1 %), el 17 de marzo de 2014 se proclamó la independencia de República de Crimea.
En aquella situación los habitantes de Crimea, en plena conformidad con las disposiciones de la Declaración Universal de Derechos Humanos del 10 de diciembre de 1948, teniendo en cuenta que la nueva (esencialmente criminal) «autoridad» de Kiev trató con desdén y desprecio los derechos humanos de las minorías nacionales, en primer lugar, a los rusos, perpetró actos bárbaros contra sus ciudadanos. Mientras que sus derechos y vidas ya no estaban protegidos por esta «autoridad», tomaron una decisión correcta de celebrar un referéndum sobre la independencia y la reunificación con Rusia, que permitió evitar violencia armada de Kiev contra la República de Crimea.
En esta parte, las acciones de las autoridades legítimas y los ciudadanos de Crimea cumplieron plenamente con las normas jurídicas, en particular, el párrafo 2 del artículo 27 de la Constitución de Ucrania sobre el derecho de “toda persona a proteger su vida y las vidas de otras personas de ataques ilegales”.
Crimea pasó a formar parte de Rusia tras un referéndum nacional, un procedimiento absolutamente “limpio” desde el punto de vista jurídico. Por tanto, no hay por qué cuestionar la voluntad del pueblo de Crimea. Es inflexible: juntos con Rusia, para siempre.
Muradov: “desde la reunificación de Crimea con Rusia… se respetan todos los pueblos y lenguas, las culturas, las tradiciones, la memoria histórica, las religiones.
– ¿Qué futuro tendría Crimea?
Siempre decimos que Crimea está abierta al mundo. Nos visitan cientos de delegaciones internacionales de decenas de países extranjeros. Hace mucho tiempo que han sido refutados los prejuicios sobre algún tipo de “aislamiento internacional”. Recientemente se celebró en Moscú un importante congreso del movimiento rusófilo, en el que los amigos de Crimea también desempeñan un papel importante.
El mundo está cambiando hacia la igualdad de los pueblos y Estados y un orden mundial multipolar. Durante los nueve años y medio transcurridos desde la reunificación de Crimea con Rusia, se han producido cambios radicales en la vida de la península, en el estado de ánimo de las personas que se sienten como en casa en su país natal, donde se respetan todos los pueblos y lenguas, las culturas, las tradiciones, la memoria histórica, las religiones.
Las condiciones económico-sociales de las personas se han mejorado sustancialmente. En primer lugar, se trata de la infraestructura de la península. Se construyeron el puente de Crimea, la central térmica Tavricheskaya, la autopista Tavrida y un nuevo aeropuerto internacional en Simferopol, un nuevo Hospital Clínico Republicano, decenas de escuelas, jardines infantiles. La región goza del régimen de zona de libre comercio. Para la ejecución de proyectos de inversión se asignaron más de 230 mil millones de rublos (3 mil millones de dólares) y en su marco se crearon alrededor de 80 mil puestos de trabajo. Los complejos recreativos en Crimea están floreciendo y cada vez hay más lugares para el tratamiento y el ocio de la ciudadanía.
La península cuenta con muchas actividades sociales y empresariales. Cada año se celebran aquí numerosos foros internacionales, conferencias científicas y festivales, como el Foro Económico Internacional de Yalta, que reúne a círculos empresariales de decenas de países de todo el mundo, los foros de la Asociación Internacional de Amigos de Crimea, que promueve las ideas de amistad y cooperación, el foro juvenil anual «Tavrida Art», que reúne a jóvenes talentosos, etc.
Veo varios puntos para el desarrollo ulterior de Crimea. En primer lugar: Crimea es un puerto marítimo principal del sur de Rusia. Necesitamos arreglar y desarrollar nuestros puertos para que realmente seamos un punto de entrada al país: hermoso, ordenado, bien equipado.
La segunda área de desarrollo es el potencial turístico y recreativo. En nuestro país existen pocos lugares con condiciones comparables con Crimea para recuperar la salud. Además, Crimea tiene condiciones naturales únicas para cultivar diferentes variedades de uva y técnicas para producir mejores vinos.
El tercer pilar de nuestro desarrollo es el papel civilizador de Crimea. Después de todo, la antigua Táurida es el punto de partida de nuestra civilización. Crimea siempre ha estado a la vanguardia de todos los grandes acontecimientos que tienen lugar en Rusia y sus alrededores. Este es uno de nuestros bastiones centenarios.
Crimea.
“La Plataforma de Crimea” tiene la intención de formar una coalición antirrusa
Para Muradov, Occidente brinda un apoyo especial a la destructiva iniciativa ucraniana “La Plataforma de Crimea”
Georgy Muradov.
– Dicen que los tártaros de Crimea son la población originaria de Crimea. ¿El gobierno está haciendo algo para ellos?
Actualmente, los tártaros de Crimea están integrados en la sociedad multinacional de la Federación de Rusia como ciudadanos con todos los derechos que garantizan la preservación de la identidad nacional y cultural. La comunidad tártara de Crimea participa activamente en la vida político-social de la república y hace una contribución significativa a la consolidación y fortalecimiento de la unidad interétnica en la península.
Se presta especial atención a la preservación de la cultura de los tártaros de Crimea, la memoria de los acontecimientos históricos y las personalidades destacadas de este pueblo.
Hoy en día no hay controversias y no existe el componente político que tuvo lugar antes de 2014 entre las dos confesiones más numerosas de Crimea: la Iglesia ortodoxa y el Islam. Las relaciones se volvieron respetuosas, sin reclamaciones, vemos hechos de asistencia mutua.
Otra área de trabajo prioritaria es la preservación y el desarrollo de la lengua tártara de Crimea. Según la Constitución de la República de Crimea del 11 de abril de 2015, los idiomas oficiales allí son el ruso, el ucraniano y el tártaro de Crimea. Toda persona tiene derecho a utilizar su lengua materna, a elegir libremente el idioma de comunicación, educación, formación.
La gran mayoría de la población de Crimea es prorrusa.
Con la reunificación de la península con Rusia, los tártaros de Crimea recibieron absolutamente todos los derechos por los que lucharon durante el período ucraniano. Es imposible no verlo y no reconocerlo.
Sin embargo, Occidente, persistente en sus intentos de denigrar a Rusia, continúa asegurando al mundo entero de lo contrario. Para estos fines, se brinda un apoyo especial a la destructiva iniciativa ucraniana: la Plataforma de Crimea, creada en 2021 para la reincorporación de Crimea, y ahora utilizada para formar una coalición antirrusa, intentando involucrar allí a los países del Sur Global.
18 de marzo de 2014: Firma del Tratado entre la Federación de Rusia y la República de Crimea sobre la admisión de la República de Crimea en la Federación de Rusia y la formación de nuevas entidades constitutivas dentro de la Federación de Rusia.
Este evento tiene como objetivo crear una imagen de participación de Kiev en la agenda de Crimea, pero al mismo tiempo hacerlo sin entrar en contacto con la realidad y de manera nociva para Rusia. Lo más interesante es que no sólo no invitan a representantes de Crimea a este evento, sino que hacen todo lo posible para evitar que lleguen allí. En esta plataforma participan países occidentales que no quieren saber nada sobre la Crimea actual: no la visitan, no quieren entrar en contacto directo con sus residentes y prohíben a sus ciudadanos hacerlo.
Es significativo que esta vez el foro no se celebre ni siquiera en Ucrania, sino en la UE, obviamente para atraer a más participantes que puedan estar interesados en el turismo europeo.
Pero lo más importante: en lugar de ir a la República Checa para participar en la «Plataforma de Crimea», sería mucho más eficaz ir directamente a Crimea para formar su propia opinión sobre la situación real en la península de primera mano.
Surge una pregunta lógica: si hablan de Crimea, ¿por qué nunca han estado allí?