Decidió colaborar con la justicia porque estaba a punto de perder el ojo izquierdo y quería conocer a su hija recién nacida.
Fray Vásquez, sobrino del expresidente Pedro Castillo (2021-2022), estuvo escondido en Venezuela durante sus últimos meses como fugitivo, según un informe difundido en Cuarto Poder. Desde ese país, bajo la dictadura de Nicolás Maduro, salió con rumbo a la selva de Colombia y Brasil antes de entregarse en Desaguadero (Puno), ciudad fronteriza con Bolivia.
Fueron 1500 kilómetros hasta Madre de Dios, el punto donde preliminarmente planeaba ponerse a disposición de la justicia después de casi dos años. Sin embargo, según el dominical, la abrupta geografía lo obligó a avanzar otros 570 kilómetros hasta la ciudad puneña, donde acabó por entregarse el domingo pasado.
De acuerdo con datos de Inteligencia citados por el reportaje, una vez que el Poder Judicial dictó 24 meses de prisión preventiva a raíz del proceso por organización criminal y otros delitos de corrupción abierto en su contra, Vásquez dejó Lima con dirección a Cajamarca, la ciudad natal de su tío.
Ya en condición de prófugo, buscó a Jorge Hernández, conocido como ‘El Español’, para que lo vincule con su abogado, Hamilton Aliaga. Según el Equipo Especial de Fiscales contra la Corrupción en el Poder (Eficcop), ‘El Español’ está implicado en una red que pretendía interceptar conversaciones telefónicas de opositores y atentar contra la vida de la suspendida fiscal de la Nación, Patricia Benavides, el coronel Harvey Colchado y los integrantes del grupo fiscal.
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“Tomo contacto con Fray a fines de octubre, vía WhatsApp, por intermedio de su hermano […] y comenzamos a conversar”, dijo el letrado antes de aclarar que entre las razones por las que su patrocinado decidió entregarse estuvo su estado de salud —iba a perder la visión del ojo izquierdo— y su paternidad.
El ahora recluido en el penal Castro Castro tuvo una hija mientras estaba en la clandestinidad. “Él no sabía el estado de su menor recién nacida, eso también coadyuvó a que se decida [ponerse a disposición de la justicia]. Hasta ahora no conoce a su hija”, abundó Aliaga.
La Fiscalía investiga a Vásquez por la presunta comisión de los delitos de organización criminal, colusión agravada, uso de documentos falsos, falsa declaración en procedimiento administrativo y tráfico de influencias en uno de los casos de presunta corrupción, Puente Tarata, abierto contra Castillo y varios de sus familiares y exministros.
Barreto ha confirmado que esta entrega se negoció desde hace “dos o tres meses” mediante aplicaciones virtuales, destacó que el sobrino tiene “información relevante para las investigaciones” y estimó que su actitud representa “un gran indicativo de que quiere colaborar con la investigación”.
Vásquez, acogido a la colaboración eficaz, ya ha empezado a dar pistas contra el empresario Zamir Villaverde, quien acusó a Castillo de presuntamente haber recibido dos millones de soles por la licitación que ganó la empresa Heaven Petroleum, propiedad del empresario Samir Abudayeh, en la petrolera estatal Petroperú para venderle biodiésel.
Villaverde aseguró que ese dinero fue entregado al exsecretario presidencial Bruno Pacheco para que él se lo diera al exjefe de Estado. El sobrino también ha dado más luces sobre el legislador Américo Gonza (Perú Libre), sindicado como uno de los cabecillas de la red criminal que cobró sobornos para los ascensos en la Policía Nacional (PNP).