Ricardo Sánchez Serra
La más avanzada tecnología del país es el satélite PeruSat-1, del cual todos los peruanos debemos estar orgullosos, porque nuestro país entró a la era espacial.
Se ha informado hasta la saciedad los beneficios del satélite de todos los peruanos en agricultura, minería, defensa civil, defensa nacional, lucha contra la tala y minería ilegales y de gran apoyo a la fiscalía y policía nacional.
Cuando se compró el satélite a Francia, que fue una gestión de gobierno a gobierno, quedaron fuera de la selección las propuestas de España, Israel y Gran Bretaña. Este último postor, a través de César Santisteban, inició –desde el año 2014- una campaña demoledora de desprestigio y de falsedades contra los franceses y el PerúSat-1. Cabe destacar que perdió el negocio de su vida con la frustrada venta de la propuesta que representaba, así como la venta de imágenes satelitales, que oscila entre dos mil y veintidós mil dólares cada una. Por ello su odio y revanchismo.
El Perú debe pensar en comenzar a remplazar a su satélite por el año 2023 (por ello los malos de esta película quieren desacreditar la eficiente tecnología francesa-) pues el PeruSat1, tiene por lo menos diez años de vida y hay que aclarar que es un satélite –el más moderno de América Latina- de observación, no es metereológico, de guerra, ni de comunicaciones, ni de radar. Lo ideal para el país sería tener todos.
Este oscuro personaje se presenta a los medios hasta hoy como “experto en tecnología espacial”, cuando no tiene ninguna credencial que lo acredite y esto lo sabía el diario El Comercio, sin embargo le puso este título, así como se le advirtió al periodista que no había falla en el satélite, pero lo puso. ¿Periodista aprendiz con la trayectoria que tiene? Mala leche. El complot se había iniciado.
El mal direccionamiento de las informaciones sobre una imprecisión en un porcentaje de las imágenes, debido a un software de una computadora en tierra –NO DEL SATÉLITE- que está siendo solucionado por la empresa Airbus, ha servido para que los enemigos del gobierno de Humala y en especial del ex primer ministro Pedro Cateriano, inicien una campaña tenebrosa contra ellos, desacreditando al valioso PeruSat-1.
El expremier, hostil permanente contra el fujimorismo y los apristas, desató las iras de estos últimos, que lo han embestido desenterrando denuncias antiguas por supuestas irregularidades en la compra del satélite y que la fiscalía ya archivó. Pero los berrinches llegan a un desconocimiento supino al mencionar que el satélite es hojalata o que una imagen satelital cuesta cincuenta dólares. Los odios hacen decir sandeces.
Un simple problema técnico, se ha convertido en una “grave” complicación política nacional y que no afecta a la administración del presidente Martín Vizcarra. Hay que recalcar que los eficientes técnicos de la Agencia Espacial del Perú descubrieron ese evento técnico, que jamás se encubrió y más bien fue expuesto en el workshop internacional que se realizó los primeros días de diciembre.
Lo que da lástima y rabia a la vez, es que se pretenda desprestigiar a un satélite peruano que ayuda al desarrollo del país y es eficaz en la lucha contra la corrupción, principal objetivo de este Gobierno. Es más, creo que es una cortina de humo para tratar de tapar a los corrompidos por Odebrecht.
Para terminar debo elogiar el trabajo del My General FAP, Carlos Caballero León, al frente de la Agencia Espacial del Perú –CONIDA- por su eficiencia y transparencia y que se está batiendo en todos los frentes para que cada peruano sepa lo que es su satélite y esté orgulloso de él.