El premier insitió en que la presidenta de la República solo respondera sobre el caso Rolex a la Fiscalía, más no a la ciudadanía.
El primer ministro, Gustavo Adrianzén, rechazó ser considerado como el defensor de la presidenta de la República, Dina Boluarte, en relación con la polémica surgida por el caso Rolex. Sin embargo, en una entrevista reciente, salió en su respaldo.
Durante una conversación con Mónica Delta en el programa dominical Punto Final, el premier enfatizó en más de una ocasión que la mandataria solo dará explicaciones sobre la procedencia de sus costosos relojes a la Fiscalía, y no al público en general, ya que se trata de una investigación confidencial.
«Yo no soy el abogado de la presidenta, ella cuenta con su defensa legal, y esa es la que participó en la diligencia del viernes 29 de marzo. No soy su escudero, no me siento como tal, y tampoco estoy desempeñando ese papel. Eso le corresponde a la defensa técnica, ya sea en su domicilio o en la residencia de Palacio de Gobierno», añadió.
Además, lamentó toda la controversia que ha surgido en torno a los Rolex y joyas que pueda poseer la presidenta, ya que esto desvía la atención de las verdaderas acciones que el gobierno está llevando a cabo en beneficio del país.
En esa misma línea, señaló que solo en el Perú se le da tanta importancia a los objetos adquiridos por un mandatario, y que este enfoque está dañando considerablemente la imagen del país en el extranjero.
Por último, aseguró que no es un «curioso impertinente» respecto a la jefa de Estado sobre asuntos que ocurrieron antes de que él reemplazara a Alberto Otárola, como la razón por la cual el vehículo oficial de Dina Boluarte estuvo estacionado cerca del escondite de Vladimir Cerrón.
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