Treinta y nueve cadáveres fueron hallados el miércoles dentro de un camión en Essex, al este de Londres, cuyo conductor fue detenido por asesinato, conmocionando a un Reino Unido que multiplicó los llamados a luchar contra el tráfico de personas.
El vehículo habría llegado poco después de la medianoche al puerto inglés de Purfleet, a orillas del Támesis, procedente de la localidad belga de Zeebrugge, informó la policía británica corrigiendo informaciones anteriores.
El camión fue matriculado en Bulgaria en 2017 a nombre de la empresa propiedad de una mujer irlandesa, afirmaron las autoridades de Sofía.
Por su parte, el premier británico, Boris Johnson, se declaró “horrorizado por este trágico acontecimiento”. “Todos los traficantes de seres humanos deberían ser perseguidos y procesados”, dijo después Johnson en el Parlamento.
La policía no precisó si las víctimas -38 adultos y un adolescente- eran migrantes y advirtió que su identificación puede llevar tiempo.
Lea también:
Indígenas de Ecuador denuncian crímenes durante sus protestas
La Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (CONAIE) pidió al Estado ecuatoriano que «asuma la responsabilidad por el uso excesivo de la fuerza contra los manifestantes», así como por la «criminalización de la protesta social».
En su demanda, informó que iniciará acciones legales contra el Estado ecuatoriano ante instancias nacionales e internacionales «por la violación sistemática de derechos humanos».
Según repote del titular de la Defensoría del Pueblo, Freddy Carrión, 10 personas murieron y 1340 resultaron heridas en el contexto de las protestas, que se extendieron por 11 días, del 3 al 13 de octubre.
La CONAIE pide a la vez la liberación de todos los compañeros detenidos y procesados, la reparación integral a las víctimas, el cese de la persecución política.