Alter B. Himelfarb W. – Miembro A.I.E.L.C.
El pueblo judío, lee semanalmente, durante 54 semanas, (más o menos 1 año), el contenido del Pentateuco. La semana que acaba de pasar, última de Junio, se leyó la porción, titulada “Balak”.
Balak era el nombre de un rey Moabita, ubicado en la orilla oriental del río Jordán, quien asustado y preocupado por la presencia del pueblo judío, a punto de entrar a la “Tierra prometida”, busca a un –digamos- profeta llamado Bilaam, cuya fama era conocida en la zona, para que le maldijera al pueblo judío que estaba acampado cerca de su “reino”.
El pueblo judío, en esos momentos, está en los 40 años de su peregrinación en el desierto, desde su salida de Egipto. Este Balak, a pesar de que el pueblo judío, no le iba a atacar, quiere pagarle a Bilaam, para que maldiga a los judíos
Balak podía haberle pagado a Bilaam, para que éste bendijera a su pueblo Moab, de la (posible) agresión del pueblo judío. Que los bendijera de salir bien librados, en caso que tuvieran que luchar contra el pueblo judío.
Pero no, en vez de pedirle bendiciones para ellos, le piden maldiciones para el pueblo judío.
Y aquí en este punto, volvemos al 2018: De igual manera, los dirigentes del Hamás, en la Franja de Gaza, en lugar de buscar beneficios para su pueblo, con la millonada de euros recibidos de varios países e instituciones y generar “bendiciones” mejorándole las condiciones de vida a sus habitantes, han utilizado esos dineros para “maldecir”, para atacar, para destruir o hacer cualquier clase de daño, al Estado de Israel y por ende a sus habitantes.
Siguen las muertes de habitantes de la Franja de Gaza. Los dirigentes de Hamás, con el “cuento” de destruir las cercas metálicas o fronteras que Israel mantiene en todo el perímetro limítrofe, exponen la vida de su propio pueblo. Se inventaron, los globos o cometas incendiarias, invento, que desde luego, hay que reconocer que es ingenioso, puesto que las tales e ”inocentes” cometas o globos, llevan en su interior material altamente inflamable que una vez aterrizan, con el impacto, han incendiado ciento de miles de Hectáreas.
Y han sido Hectáreas de tierra sembrada, a punto de cosechar, lo cual lleva a ingentes pérdidas por ese concepto. Además, habría que hacerle de inmediato un tratamiento a la tierra, para habilitarla, ya que muchos de sus nutrientes se han perdido, además del daño al ecosistema.
Dañar y “maldecir” el terreno vecino, es el deporte favorito de los dirigentes de Hamás. Pero nunca, el de pedir “bendiciones” para sí mismos, para su propia tierra a través del desarrollo positivo de sus recursos, tanto humanos como económicos.
¿Cómo puede haber “PAZ”, en esas condiciones?
¡Con Hamás como dirigentes, jamás!