Por Eduardo Farah
Nosotros siempre hemos dicho que el Perú es un país minero y que también es un país agro exportador, tal es así que desplazaron a los textiles y confecciones, esto significa que las agro- exportaciones peruanas han ocupado nichos de otros países, por ejemplo sucedió con los embarques de quinua que pasaron de 77 millones en el 2013 a 196 millones en el 2014 y desplazó al cereal de Bolivia, el año pasado ocurrió con los arándanos que pasaron de 360millones a 589 millones generando problemas a los agricultores de Argentina.
El hecho es que los cultivos peruanos tengan menores precios y que posean superiores características, de tal manera que contribuyan a desestabilizar la producción de otros países. Hay que tener cuidado con que nos traten de arrebatar los mercados, sobre todo nos fijemos en México el primer exportador de palta has, fruto que en el 2018 lideró las exportaciones agro peruanas que fueron mayor a 720 millones de Dólares frente a 580 millones del 2017,
Los productos locales esperan que este año el área sembrada aumente a 2000 hectáreas más hasta totalizar las 33,000 mil hectáreas con una inversión de 50 millones. Lo que no parecen prever es el riesgo de un exceso de producción pese a que años recientes el entusiasmo por el éxito que alcanzaron ciertos cultivos generaron problemas. Ocurrió con la quinua que además de la sobreofertas sufrió una pérdida de calidad, por el uso de semillas inadecuadas y nunca superó el valor exportado en el 2014.
El peligro con la palta es que es un cultivo permanente y que con el tiempo de espera hasta el inicio de su explotación comercial es mucho más prolongado que con sus cultivos transitorios, Si surgiera una sobre oferta los agricultores tendrían serios problemas financieros y logísticos para reemplazar rápidamente la palta por algún cultivo transitorio.
Es importante tener una idea certera de la cantidad de palta que se pude exportar al mundo y evitar una debacle en la comercialización de ella.