El estado de emergencia militar declarado por Israel y el despliegue de bombardeos preventivos indican que la situación podría seguir escalando en los próximos días
La nueva escalada militar entre Israel y Hezbolá, una milicia chiita libanesa, se originó tras la muerte de Fuad Shukr, uno de los principales comandantes del grupo, en julio de 2024. Shukr fue un importante líder militar de Hezbolá, considerado clave en su estrategia de defensa y ofensiva en la región. Su muerte en un bombardeo israelí en los suburbios del sur de Beirut provocó una promesa de venganza por parte de Hezbolá, que se materializó en un masivo ataque este domingo.
El ataque de Hezbolá consistió en el lanzamiento de más de 320 cohetes Katyusha y el despliegue de drones de ataque dirigidos a objetivos militares israelíes.
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Según el grupo, la operación fue un «éxito» y se enmarca como la primera fase de su ofensiva en represalia por la muerte de Shukr. Esta agresión generó una respuesta inmediata de Israel, que bombardeó posiciones de Hezbolá en el sur de Líbano utilizando 100 aviones de combate, en un intento por neutralizar posibles amenazas adicionales.
La situación actual refleja una profunda tensión histórica entre Israel y Hezbolá, que ha estado marcada por enfrentamientos periódicos. Los dos actores han estado en conflicto desde la invasión israelí del Líbano en 1982, y el conflicto ha evolucionado a lo largo de los años con diferentes episodios de violencia, incluyendo la guerra de 2006.