Luis Armando Albino se reunió con su familia más de 70 años después de haber sido secuestrado en un parque por una mujer que le ofreció dulces. Su familia nunca dejó de buscarlo. Asimismo, el punto clave para resolver el caso fue una prueba de ADN.
Luis Armando Albino tenía apenas 6 años en 1951 cuando fue secuestrado en un parque de West Oakland, California, por una mujer que le prometió dulces mientras jugaba con su hermano mayor, Roger. Más de 70 años después, logró reunirse con su familia, quienes, junto a los investigadores, descubrieron que vivía en la Costa Este de Estados Unidos. Esta es su increíble historia.
También lee:
Policía detiene a presuntos delincuentes en fallido secuestro de empresario coreano en Independencia
Según The Mercury News, Alida Alequin, la sobrina de Luis Albino, desempeñó un papel crucial en su localización. Luis, sus cinco hermanos y su madre habían llegado a Estados Unidos desde Puerto Rico casi un año antes de su secuestro.
Después de que Luis fue secuestrado, su hermano Roger, que tenía 10 años en ese momento, recordó que una mujer con un pañuelo rojo en la cabeza y que hablaba español se lo llevó con la promesa de comprarle dulces. La mujer lo trasladó a la Costa Este, donde se determinó que fue criado por una pareja que lo trataba como su propio hijo.
The Mercury News informa que la madre de Luis nunca perdió la esperanza de encontrarlo con vida, manteniendo su búsqueda activa hasta su fallecimiento en 2005 a los 92 años. En su hogar, siempre había una foto de Luis colgada en la pared y un recorte de periódico sobre su secuestro guardado en su cartera.
“Ella siempre tuvo la esperanza de que él regresara a casa,” comentó Alida Alequin a The Times.
En la época del secuestro, el Oakland Tribune reportó que la policía, soldados de una base militar local, la Guardia Costera y otros empleados de la ciudad se unieron a la búsqueda masiva del niño. Se registraron la bahía de San Francisco y otros cuerpos de agua, mientras que Roger fue interrogado varias veces por los investigadores, siempre reafirmando que una mujer se había llevado a su hermano.