En el día del libro
El Instituto Cervantes de Bruselas rindió un homenaje al escritor argentino Julio Cortázar, nacido en el barrio de Ixelles, el 26 de agosto de 1914, con una lectura de extractos de su obra fundamental, “Rayuela”, en la que participaron una veintena de embajadas hispanoamericanas, así como las de Andorra, Brasil, Guinea Ecuatorial y Portugal.
El director del centro, Felipe Santos, dijo que «a Cortázar no le hubiera divertido» una lectura tradicional de una obra que significó lo contrario, calificada como la «antinovela» y que el propio autor llamó «contranovela», de cuya publicación justo se cumplen 55 años.
En esta ocasión, enmarcado en las celebraciones del Día del Libro, y en homenaje al espíritu transgresor del propio escritor, el Cervantes propuso un nuevo experimento literario, ofreciendo a los lectores la posibilidad de elegir capítulos de manera aleatoria, cogiendo al azar un papel en una caja ubicada sobre el escenario.
El embajador de Argentina en Bélgica, Pablo Grinspun, calificó este evento como una «mini-Rayuela» o «una nueva Rayuela, con un orden casi aleatorio» que ha buscado recoger los «elementos fundamentales en la obra de Cortázar: el juego, la complicidad del lector y el humor».
El embajador recordó que el propio escritor decía que su nacimiento en la actual capital europea fue «fruto del turismo y de la diplomacia», dado que su padre estaba destinado en una misión comercial en Bruselas durante la Primera Guerra Mundial.