En protestas contra el alza del costo de vida
Human Rights Watch y la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas hicieron un llamado al gobierno iraquí para que cese la represión contra la manifestaciones de protesta contra el alza del costo de vida y la corrupción política, que en los últimos meses ha dejado un saldo de más de 500 muertos.
Las manifestaciones en las calles piden la salida del actual gobierno, el fin de la corrupción y un alto a la influencia de Irán, que además de los 500 muertos han producido más de 19.000 heridos; sin embargo, la respuesta violenta solo ha fortalecido la determinación de los manifestantes.
Adel Abdul-Mahdi, el primer ministro, renunció, pero continúa desempeñándose como gobernante interino y el Parlamento aún no ha nombrado a su sustituto.
La crisis política que ahora enfrenta Irak es tan seria como ninguna desde el derrocamiento de Sadam Husein hace dieciséis años y sus líderes no están preparados para lidiar con ella. No ha habido consenso en torno a un plan para reformar el gobierno a fin de satisfacer las demandas de los manifestantes.
El Parlamento tampoco ha considerado seriamente los cambios a las leyes electorales propuestos por el presidente Barham Saleh, encaminados a reducir la influencia de los partidos y la corrupción que fomentan.
Esta semana, se cumplió la fecha límite constitucional para nombrar a un nuevo primero ministro, y el Parlamento no eligió a nadie. Incluso encontrar un candidato aceptable para el cargo de primer ministro es un reto.
Adel Abdul-Mahdi, el primer ministro, renunció, pero continúa desempeñándose como gobernante interino y el Parlamento aún no ha nombrado a su sustituto.