Por Ricardo Sánchez Serra
Los sacerdotes polacos Miguel Tomaszek y Zbigniew Strazalñowski, que fueron asesinados por Sendero Luminoso, fueron recordados por la Embajada de Polonia y la Orden de los Franciscanos Menores Conventuales, al inaugurar un monumento conmemorativo, a treinta años de su sacrificio.
La embajadora de Polonia, Magdalena Śniadecka – Kotarska, declaró que “los regímenes totalitarios de todo el mundo siempre han luchado contra el conocimiento y la memoria histórica. La ceremonia de hoy es una prueba de nuestra memoria… Es un homenaje a la empatía, a la paciencia, a la bondad, a la fe en las virtudes que representaban, pero también un llamado a recordar a las víctimas entre quienes han perdido la conciencia de su historia. Y una nación sin historia deja de existir”.
La diplomática polaca señaló, además, que esta conmemoración es especial y a la vez dolorosa. El día del asesinato de ambos misioneros polacos, “se entrelazó la historia de Polonia y el Perú, y nos unió para siempre”.
Agregó que los sacerdotes “viviendo en Pariacoto, a pesar de las amenazas, durante varios años brindaron una ayuda integral a la población, no sólo espiritual, pero sobre todo social, educativa, médica, caritativa y material”.
“Sus acciones -prosiguió- se convirtieron en una amenaza para Sendero Luminoso, porque los misioneros despertaron el corazón y apoyaron a quienes estaban perdidos en sus penurias diarias, en los desastres naturales, en las epidemias de cólera, en las sequías -que afectaron la Sierra en 1990 y 1991- al mismo tiempo mostraron la posibilidad de una vida alternativa basada en la bondad, la ayuda, la solidaridad y la cooperación: valores perdidos en la lucha por la supervivencia”.
«Cada día, Michał y Zbigniew, transformaron el saludo simbólico de ´Paz y Bien´ de los franciscanos en actividades prácticas. Esto era el significado simbólico de sus vidas y por el que dieron sus vidas. Murieron por una causa justa”.
En su turno, el Nuncio Apostólico, monseñor Nicola Girasoli, recordó que el Papa Francisco firmó el decreto de beatificación de esos mártires, coincidiendo el mismo decreto con la beatificación del arzobispo Óscar Arnulfo Romero, asesinado en plena ceremonia religiosa en 1980.
“El Papa Francisco quiso unir a estos mártires que han dado la vida por una adoración profunda que tenían de amor al pueblo y naturalmente inmolándose por el bien de todos. Por eso no es solo un recuerdo histórico”, observó.
El monumento de los beatos se encuentra en el parque Polonia, del distrito de Jesús María, en Lima. En la conmemoración participaron también fray Marian Golab, ministro provincial de San Antonio de Padua y beato Jacobo de Strepa, quien llegó especialmente de Cracovia, Polonia y el padre Darius Mazurek, secretario general de la Animación Misionera de los Hermanos Menores Conventuales, con sede en Roma.
Asimismo, el obispo de Chimbote, monseñor Ángel Simón Piorno; el alcalde de Jesús María, Jorge Quintana y Danuska Madej, presidente de la junta directiva “Dom Polski”, además de miembros del Cuerpo Diplomático, de la Cancillería, de la colonia polaca, órdenes religiosas e invitados especiales.
De acuerdo a los revelado en una conversación entre Abimael Guzmán y el monseñor Luis Bambarén este confirmó que el cabecilla senderista le aseguró que los misioneros habían sido ejecutados, porque con su actividad caritativa y su predicación impedían a los jóvenes sumarse a la causa de la revolución.