Este hallazgo estrechó la conexión entre ambos crímenes y permitió a la PNP reconstruir parte de la trama criminal que operaba con gran sofisticación. La identificación de los sicarios y los posibles cabecillas de la red es ahora el siguiente paso en la investigación.
El crimen del profesor Julio César Pacheco, asesinado frente a un colegio en Ate, dio un giro inesperado al revelarse conexiones con el asesinato de un empresario en pleno San Isidro.
Según las investigaciones de la Policía Nacional del Perú (PNP), ambos homicidios están vinculados a una organización criminal dedicada a falsificar documentos de propiedad de inmuebles. La misma arma de fuego fue utilizada en ambos crímenes.
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Julio César Pacheco, quien inicialmente parecía ser una víctima de extorsión debido a su labor docente, resultó estar involucrado en una red criminal dedicada al tráfico de propiedades. El profesor reclamaba la suma de 5 millones de soles por su participación en la falsificación de documentos para simular la propiedad de un inmueble de alto valor en el jirón Paruro, en el Cercado de Lima. Esta exigencia habría sido la causa principal de su asesinato, cometido por sicarios contratados por miembros de la organización.
El empresario de San Isidro, Daniel Fernando Castillo Díaz, también fue ejecutado a tiros el pasado mes de septiembre en un crimen similar. La Policía Nacional del Perú (PNP) descubrió que ambos asesinatos estaban relacionados con el negocio ilícito de apropiación de bienes mediante documentos falsificados. Castillo, quien era el defensor legal de una propiedad clave, una galería comercial en Paruro, estaba involucrado en su administración por parte de la Beneficencia de Lima, la cual estaba arrendada a la empresa Lima Futura SAC.
