El colegio Genaro Martínez de Catacaos, inaugurado por la presidenta Dina Boluarte en febrero, se encuentra sin servicios básicos debido a una deuda de la Dirección Regional de Educación de Piura.
La comunidad de Catacaos, en la región de Piura, ha expresado su profunda indignación luego de que el colegio Genaro Martínez de Villa Pedregal Grande, inaugurado en febrero por la presidenta Dina Boluarte, quedara sin servicios de luz y agua debido a una deuda impaga por parte de la Dirección Regional de Educación de Piura.
Durante la inauguración, Boluarte prometió una educación de calidad para los estudiantes de la zona y exhortó al gobernador regional a continuar con las obras necesarias para garantizar la seguridad y funcionalidad de las instalaciones. «Hoy entregamos este moderno colegio a nuestros niños y adolescentes, esperando que se mantenga en óptimas condiciones. Es vital que se realicen obras de protección para evitar daños en futuras lluvias», señaló la presidenta en su discurso.
Sin embargo, seis meses después de su apertura, el colegio enfrenta una situación crítica debido a la falta de pago de la energía eléctrica, lo que ha afectado no solo el suministro de luz, sino también el servicio de agua, ya que las instalaciones dependen de bombas eléctricas para funcionar.
Jesús Peña Sulca, directora de la institución, explicó que la falta de electricidad ha dejado a la escuela sin agua, lo que ha obligado a los estudiantes a recurrir a métodos improvisados para satisfacer sus necesidades básicas. «Es una escuela moderna, pero sin electricidad no hay agua en los baños ni en los grifos. Hemos tenido que utilizar baldes para que los niños puedan hacer sus necesidades, lo cual es indignante y humillante», comentó Sulca en una entrevista.
El problema se agrava aún más con la negativa de las autoridades a cerrar temporalmente el colegio mientras se resuelve la situación. Según Sulca, la directora de la UGEL Piura, Carmen Sánchez, ignoró las quejas y ordenó que las clases continuaran, aunque fuera solo media jornada. «Nos dijo que teníamos que seguir viniendo, a pesar de las condiciones insalubres», agregó la directora.
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La comunidad espera que la deuda pendiente se salde pronto y que el colegio pueda retomar su funcionamiento normal. La falta de servicios básicos en una institución que fue presentada como un modelo de modernidad y progreso ha generado un profundo malestar entre los padres y docentes, quienes exigen soluciones inmediatas para garantizar el bienestar de los estudiantes.
