Por: German Lench Caceres / El ruido político genera una sensación de precariedad de las autoridades. Se cree que las reglas de juego, pueden cambiar dependiendo de lo que estamos viendo, afectando la inversión privada.
Estamos en recesión con un crecimiento negativo del PBI (Producto Bruto Interno) para el año 2020. La crisis política, el COVID–19 y la corrupción, como variables no económicas hacen temer a los agentes económicos de invertir.
Para el 2020, el Fondo Monetario Internacional proyecta en el PBI una caída del -13.9%, el Banco Central de Reserva -12.5%, el Banco Mundial -12%, y el Ministerio de Economía (MEF) -12%.
La inestabilidad política provocada por la vacancia promovida por el Congreso contra las acciones del Gobierno Central, toca la estructura del Poder público y privado, aumentándole la falta de acción eficaz de la Justicia, sobre hechos de corrupción lo que genera desconfianza del inversionista.
Este factor es el pilar de la economía, cuando se pierde la confianza la inversión se retrae provocando una baja sustancial en el consumo y menores ingresos por ventas de las empresas, haciendo difícil la recuperación y reactivación de la actividad económica; no permitiendo que el Estado recaude tributos afectando la caja fiscal.
Cuando no hay confianza, cae la inversión y el gasto de las familias, crece el desempleo, los medianos y pequeños inversionistas quieren salir de la recesión, lo que causa inestabilidad, incrementando el riesgo país; el déficit fiscal será de -10.6% el 2020.
La confianza es el fundamento de los éxitos y fracasos económicos de un país. Sin embargo, internamente: ¿Qué hacemos la ciudadanía? ¿Debemos aceptar autoridades que no saben gobernar y tecnócratas que dan solo recetas y son los que se reubican en puestos burocráticos y dan vueltas en la estructura de Poder en cada Gobierno?
Hoy la población no mejora su nivel vida. Pregunta ¿Qué hacer, para crecer sin un Plan Estratégico de Desarrollo Nacional donde se establezcan objetivos y metas por cumplir?
Cuando hay confianza, crece la inversión, se hace negocios y se planea inversiones privadas, se invierte, se consume y mejora la calidad de vida.
El Ministerio de Economía debe priorizar los problemas, diagnosticarlos con racionalidad y trabajar en sus soluciones; estamos a punto de llegar al momento MINSKY, donde los inversionistas sobre endeudados intentan retirarse del mercado y vender sus activos con el fin de pagar sus deudas y al hacerlo pueden provocar un desplome general de la economía.
Carecemos de planificación estratégica, prevención y visión de futuro. Debemos planificar para el mediano y largo plazo haciendo cambios al modelo económico y apoyar la inversión que al tener beneficios active la economía doméstica y aumente el nivel de empleo incrementando la productividad de los trabajadores.
El Premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz advierte una gran desigualdad y deficiencias en la sociedad incrementando los niveles de pobreza por la pandemia del Covid-19.
La teoría económica explica por qué no se puede dejar todo al libre mercado, ya que tiene límites, ahora es necesario ver el futuro, pero el MEF no expone la real situación económica por la falta de experiencia de su equipo técnico y no priorizando los problemas por los cuales venimos atravesando.
(*) Economista
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