En Cataluña, España, también prueban en 200 infectados un cóctel de fármacos para frenar el contagio de pandemia
Los Institutos Nacionales de la Salud de EE.UU. (NIH, por sus siglas en inglés) han anunciado el inicio de la primera fase de ensayo clínico de la vacuna experimental desarrollada como medio de protección del coronavirus SARS-CoV-2. Las pruebas en humanos comenzaron en el Kaiser Permanente Washington Health Research Institute en Seattle.
La vacuna experimental, conocida bajo el nombre en clave mRNA-1273, fue desarrollada por los NIH y la compañía biotecnológica Moderna Inc. con sede en Massachusetts. La posibilidad de contagio de los participantes se descarta, dado que las vacunas no contienen el coronavirus en sí.
Paralelamente, del otro lado del Océano Atlántico, en España, comenzó probarse en 199 infectados una vacuna para evitar que transmitan la enfermedad a otros.
Se trata de un cóctel que incluye un fármaco para la malaria y la artritis reumatoide y un antiviral que utilizan los pacientes con VIH.
Fue una idea del reconocido infectólogo Oriol Mitja y se prueba en el Hospital Germnas Trias de Badalona, un suburbio de Barcelona.
«Esta vacuna usa una tecnología preexistente. Fue creada con un estándar muy alto, empleando cosas que sabemos que son seguras para las personas y quienes participan en el ensayo serán sometidos a un seguimiento muy riguroso«, señala el doctor John Tregoning, un experto en enfermedades infecciosas del Imperial College de Londres.