La inseguridad ciudadana en Perú sigue siendo una de las mayores preocupaciones de la población, con delitos como robos, extorsiones y sicariato en constante aumento.
Según Víctor Fuentes, economista del Instituto Peruano de Economía (IPE), esta problemática ha llevado a ciudadanos y empresas a invertir significativamente en medidas de seguridad.
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El impacto de la inseguridad en cifras
De acuerdo con una reciente encuesta de Ipsos, mientras que a nivel global el 31 % de las personas considera la inseguridad como su principal preocupación, en Perú esta cifra alcanza el 52 %, situando al país entre los 10 más preocupados del mundo por este problema.
La incidencia de delitos se ha cuadruplicado en los últimos cinco años, lo que ha motivado un fuerte incremento en el uso de dispositivos de seguridad en los hogares:
- La tenencia de cámaras de seguridad se ha triplicado entre 2014 y 2023.
- Los sistemas de alarma también han triplicado su presencia en este periodo.
- Las cámaras de vigilancia van camino a multiplicarse por siete en la última década.
Empresas incrementan su inversión en seguridad
El gasto empresarial en seguridad también ha mostrado un crecimiento exponencial. En 2014, las empresas destinaban cerca de S/ 6,000 millones a este rubro. Para 2022, esa cifra ya había alcanzado los S/ 11,000 millones, incluso antes de que los niveles de inseguridad alcanzaran picos más altos. Se espera que esta tendencia siga al alza en 2024.
La relación entre inseguridad y economías ilegales
Fuentes destacó cómo actividades ilegales, como el fenómeno del «gota a gota», agravan el panorama de inseguridad. Este sistema, basado en microcréditos con altos intereses, utiliza amenazas selectivas para sembrar miedo:
«No es necesario presionar a todos los deudores; basta con ejercer violencia sobre unos pocos para enviar un mensaje que obliga al resto a pagar«, explicó.
Estrategias comunitarias frente a la delincuencia
En cuanto a las respuestas de las comunidades, el especialista señaló un cambio en las estrategias de seguridad en la última década:
- Hace 10 años, las juntas vecinales y los vigilantes de cuadra eran las principales medidas implementadas.
- En 2019, las alarmas comunitarias ganaron protagonismo como complemento a las juntas vecinales.
Un desafío económico y social
La creciente inversión en seguridad refleja no solo el impacto económico de la delincuencia, sino también el efecto psicológico que esta tiene sobre la sociedad. Para revertir esta situación, expertos como Fuentes subrayan la importancia de enfrentar las economías ilegales y fortalecer estrategias colectivas que permitan mitigar la violencia y recuperar la tranquilidad en las calles.