El gobierno israelí responde con bombardeos a amenazas de Hizbulá y endurece las medidas de seguridad en el norte del país.
En la madrugada de este domingo, Israel declaró el estado de emergencia militar luego de que se identificaran preparativos de Hizbulá para lanzar misiles y cohetes hacia territorio israelí. En respuesta, la Fuerza Aérea israelí llevó a cabo ataques aéreos contra objetivos en Líbano, con el objetivo de neutralizar lo que consideraron una amenaza inminente de gran escala por parte del grupo chií.
El ministro de Defensa de Israel, Yoav Gallant, informó sobre la activación de una «situación especial en el frente interior», medida que permite a las fuerzas armadas dictar instrucciones directas a la población civil, como la limitación de reuniones y el cierre de espacios públicos en las áreas afectadas. Gallant también mantuvo una conversación con el secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, a quien le confirmó que los bombardeos fueron «ataques precisos» diseñados para evitar un posible ataque masivo de Hizbulá.
Las restricciones impuestas afectan principalmente al norte de Israel, donde se han limitado las reuniones a un máximo de 30 personas en exteriores y 300 en interiores. Además, se ha prohibido el acceso a playas cercanas a la frontera con Líbano. Las escuelas y oficinas pueden seguir operando, siempre y cuando cuenten con refugios antiaéreos cercanos, como medida preventiva ante posibles ataques.
El jefe del Estado Mayor del Ejército israelí, Herzi Halevi, está al mando de las operaciones desde la base militar de Kirya en Tel Aviv, donde coordina tanto las ofensivas como las medidas defensivas junto a los altos mandos de las fuerzas armadas. Las sirenas antiaéreas no han dejado de sonar en las áreas fronterizas con Líbano, lo que ha incrementado la tensión en la región.
Por su parte, el servicio de emergencias israelí Magen David Adom elevó su nivel de alerta al máximo en todo el país, aunque hasta el momento no se han reportado víctimas en Israel. La frontera con Líbano ha sido escenario de una escalada de violencia desde octubre pasado, cuando Hizbulá expresó su apoyo a Hamás en su conflicto con Israel. Desde entonces, los enfrentamientos han aumentado, con un saldo trágico que ya se cuenta en cientos de muertos, en su mayoría del lado libanés.
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Hizbulá, un aliado cercano de Irán, ha prometido vengar la muerte de su comandante Fuad Shukr, asesinado en un bombardeo israelí a las afueras de Beirut en julio pasado. La situación sigue siendo extremadamente volátil, y las autoridades temen que la tensión en la frontera se convierta en un conflicto de mayor envergadura.