Conversamos con Javier Valdés sobre ‘Surte. El sonido de los sueños’, una obra que toca diferentes temas como la migración, discriminación y diversos tipos de violencia.
Foto: Camila Echevarría
La situación de las artes recibió un duro golpe debido a la pandemia, sin embargo, Javier Valdés abrazó con entusiasmo la virtualidad y lo tomó como un constante entrenamiento. Actualmente, forma parte del elenco de ‘Surte. El sonido de los sueños‘, una obra que se presenta en la Alianza Francesa de Miraflores, que toca una serie de temas sociales como la migración, discriminación y diversas violencias mediante historias conmovedoras y reflexivas.
En una entrevista con La Razón, el experimentado actor reflexiona sobre el teatro peruano y sus próximos proyectos como la reposición de la obra ‘Guayaquil’ el 02 de junio en el teatro Mario Vargas Llosa y el próximo estreno en agosto de la película ‘La pena máxima’.
¿Qué tan importante es la actuación en tu vida?
Es mi vida. Es a lo que me dedico, lo que hago y lo que sé hacer.
¿Para ti qué es lo primordial para ser un buen actor?
El entrenamiento, la formación que haya recibido y permanentemente estar trabajando o investigando sobre el trabajo del actor.
¿Qué rescatarías de la experiencia del teatro digital durante la pandemia?
Fue algo curioso que surgió en el mundo de la virtualidad, en el 2020 hice 12 obras durante todo el año, normalmente hago 2 o 3. Estuve muy enfocado en generar estas obras que me hizo entrenar permanentemente, todo el día me la pasaba trabajando y también la posibilidad de que nos vieran personas de otros lugares como regiones o departamentos.
Antes de la pandemia, ¿crees que la situación del teatro en el Perú mejoró en los últimos años?
El teatro en el Perú ha ido evolucionando pero de manera lenta. En la década de los 2000, los centros culturales, la aparición del teatro La Plaza, Los Productores, auspiciado por empresas que apoyan ha sido un aporte importante para ese crecimiento. Además, hoy en día están abriendo espacios alternativos pero no es con frecuencia, sin embargo, en la actualidad de pasar a tener 30 montajes fue un buen salto. Lo que también considero es que el público que va al teatro es un grupo muy reducido.
¿Qué aportes o cambios consideras necesarios para el teatro tenga una mayor acogida en nuestro país?
Creo que es un tema de educación, es lo que se debe enseñar en los colegios. Quizás un apoyo más por parte de la Estado y las Municipalidades para fomentar la cultura y el teatro, contratar algunas compañías que te ofrezcan un buen producto y el público pueda asistir.
¿Consideras que las carreras relacionadas al arte son mejores aceptadas en la actualidad?
En mi época es algo por lo que hemos luchado un montón, el trabajo del actor no era reconocido como un trabajo profesional. Es más, no existía la carrera de artes escénicas, eso te dice mucho como sociedad. Eso ha cambiado en este siglo porque hay universidades con título a nombre de la Nación, entonces tienes un nivel distinto como profesionales. Eso ha cambiado las condiciones de los actores.
¿De qué va la obra ‘Surte. El sonido de los sueños’?
Es el encuentro de gente que ha migrado por distintas razones. Son historias en paralelo de varios personajes que por una u otra razón han tenido que migrar buscando nuevas oportunidades porque no te va bien en tu país, por diferencias políticas, etc. La peculiaridad de ‘Surte. El sonido de los sueños’ es que cantamos en algunos momentos sobre lo que nos está pasando.
¿Nos puedes hablar sobre tu personaje en la obra? ¿Cuánto tiempo llevan ensayando?
Hemos estado ensayando desde febrero. Mi personaje es un idealista y revolucionario que en su momento tuvo que optar entre el amor y la lucha armada que termina siendo deportado, regresa después de 40 años a su tierra y se cruza con el amor de su vida.
¿Qué mensaje te gustaría que se llevara alguien que acaba de ver la obra?
El teatro de alguna u otra manera nos invita a pensar, vayas a ver lo que vayas a ver. Creo que a cada espectador lo va a tocar de manera distinta según su propia historia, siempre espero que cualquier obra que hago los invite a reflexionar sobre ciertas cosas que nos pasan.
La reactivación de los eventos culturales están regresando a la normalidad, ¿cómo te sientes al recibir nuevamente el cariño del público en el teatro?
Feliz, el año pasado presentamos una obra que dirigí en el Teatro de Lucía llamada ‘Guayaquil’ que la vamos a reponer el 02 junio en el teatro Maria Vargas Llosa de la Biblioteca Nacional, fue muy emocionante y gratificante el encuentro con los espectadores en el teatro. Nos dimos cuenta que la gente está deseosa y con ganas de volver a las salas, eso fue hermoso. Nos sentimos realmente felices de retomar nuestro trabajo y que la gente responda.
¿Un consejo para las personas que deseen dedicarse a la actuación?
Les diría que estudien, ahora tenemos facultades de artes escénicas, también instituciones y talleres. Así decidan dedicarse a la televisión o cine, creo que de todas maneras un actor debe hacer teatro por el hecho de estar de manera presencial, el teatro es el universo del actor, ya que el actor es el que tiene que resolver todo lo que pasa, es un trabajo que lo hace a uno estar presente y entrenado para ello, eso es lo más maravilloso para mí.
¿Qué proyectos tienes para lo que resta del año?
La reposición de ‘Guayaquil’ el 02 de junio, también el estreno de la película ‘La pena máxima’ en agosto, basada en el libro de Santiago Roncagliolo, está muy interesante y cuenta con grandes actuaciones, y con Butaca Film estamos lanzando un taller de formación actoral para aquellas personas interesadas en el trabajo del actor.
