El actor Javier Valdés dirige ‘Guayaquil, una historia de amor’, cuya temporada va hasta el 3 de julio en el Teatro Auditorio Mario Vargas Llosa.
Foto: Camila Echevarría
Actualmente Javier Valdés está bajo la dirección de ‘Guayaquil, una historia de amor‘ del dramaturgo Mario Diament. Está obra está basada en la investigación de un escritor francés quien en el año 1843 trata de revelar que es lo que ocurrió en ese histórico encuentro ocurrido en Guayaquil entre José de San Martín y Simón Bolívar. Se revela un pasaje histórico en donde las mujeres Manuela Sáenz y Rosa Campusano tienen una notable importancia en la vida de los libertadores.
La temporada estará disponible hasta el 3 de julio en el Teatro Auditorio Mario Vargas Llosa de la Biblioteca Nacional los jueves, viernes, sábados y domingos, a las 8 p.m. Las entradas pueden conseguirlas en Joinnus.
¿De qué va la obra ‘Guayaquil, una historia de amor’?
‘Guayaquil’ se llamó la reunión de Simón Bolívar y San Martín, no se sabe mucho sobre lo que dijeron estos libertadores, lo que sí se sabe es que San Martín sale del Perú y Bolívar ingresa con todas las tropas. El argumento del dramaturgo en la historia es una hipótesis acerca de qué ocurrió en ese encuentro. Lo que plantea es que fue un lío de faldas, por un tema de que ambos se enamoraron de Manuela Saénz.
¿Cómo fue el proceso de selección del elenco?
Cuando planteo realizar la obra a la productora Butaca Film, estaban transmitiendo ‘El Último Bastión’ en Netflix y vi a Alonso, Omar, Giovanni y Cindy en la serie, los convoqué para que interpreten a los personajes de una manera distinta en esta historia. También invité a Víctor Prada que interpreta al asesor de Bolívar y a Fabiola Vargas como Rosa Campusano. No hice un casting para ver a quién elegía, los llamé porque lo que estaban haciendo y por la amistad que tenemos.
¿Hace cuánto tiempo están ensayando?
Los ensayos duraron uno o dos meses, al principio iba a ser virtual pero luego surge la posibilidad de hacerlo de manera presencial en el Teatro de Lucía. Sabíamos que no se iba a ganar mucho dinero pero las ganas de estar nuevamente con el público eran muy grandes. Ahora estamos haciendo la reposición en el Teatro Mario Vargas Llosa de San Borja y hemos podido ajustar cosas para esta nueva temporada.
¿Qué fue lo que te llamó la atención de esta historia para llevarla al teatro?
Conocí al autor en el año 2017 cuando vino a Lima y establecimos una amistad, a partir de eso, leí la obra y me encantó la historia, las hipótesis que planteaba y también la mirada de las mujeres dentro de la historia. Manuela Sáenz y Rosa Campusano son pioneras en el feminismo por su aporte, siempre las presentan como las amantes de los libertadores pero ellas estuvieron luchando por la Independencia mucho antes.
¿Qué anécdota tienes al dirigir esta obra?
Estuvimos ensayando en la casa de Omar García y de su esposa, tenía un lugar donde estaba lleno de muebles antiguos y me acomodé en ese lugar. Sirvió muchísimo para estos procesos de investigar lo que está pasando en la historia y cómo lo vamos a construir para contarla. Eso fue muy bonito porque te sentías en esa época.
En los tiempos que corren, ¿el teatro tiene más sentido que nunca?
Creo que el teatro siempre ha tenido sentido. Cada época en la que hay crisis, el teatro cobra mucho sentido porque se producen momentos creativos donde la gente necesita hablar de lo que les pasa. Además, hay todo tipo de teatro, que nos hace pensar, divierte, relajarnos, etc. Siempre trato de hacer reflexionar a los espectadores en los montajes que participo.
¿Qué tan difícil es montar una obra teatral en nuestra ciudad?
Es difícil porque se necesita conseguir el apoyo de auspiciadores. También tratar de llevar público al teatro porque nadie va a invertir si es que no se recupera, ese es un tema complicado pero hay que tratar de solucionarlo. El porcentaje de gente que acude al teatro en Perú es muy bajo.
Como actor y director, ¿cuál ha sido la obra teatral que más satisfacciones te ha dado?
Hay obras que como actor me han permitido crecer, otras que han sido exitosas y les tengo mucho cariño. Como director, siento que hay varias obras que he dirigido y me gustaba ver el resultado que se había logrado a nivel del espectáculo. Por otro lado, lo que más me interesa es el trabajo de los actores, construir una verdad más orgánica, que la historia te envuelva en la ilusión que uno está creando, eso es lo que me mueve al dirigir. Por eso mismo mis montajes siempre tienen un gran equipo de trabajo conformado por la Directora de Arte, Diana Granda, la Asistente de Dirección, Micaela Valdés, el Director Musical, Chino Sabogal y el Director de Iluminación, Luis Baglieto.
A esta altura de tu carrera, ¿qué sientes que has logrado y que crees te falta por realizar?
Quizás hacer dramaturgia propia y es algo que pienso que debo aprender, espero algún día escribir una obra.
¿Crees que el artista necesita estar siempre renovándose? ¿Por qué?
Siempre, el hecho de hacer constantemente obras es un entrenamiento, pero también hay que leer y meterte cursos para estar actualizado.
¿Puedes invitar a nuestros lectores a ver ‘Guayaquil, una historia de amor’?
Invito a todos los lectores al Teatro Mario Vargas Llosa de la Biblioteca Nacional en San Borja a ver ‘Guayaquil, una historia de amor’ con la actuación de un elenco de primera.
