En julio de este año el gobierno promulgó la Ley Nº 31814, que promueve el desarrollo de la Inteligencia Artificial (IA) para la mejora de los servicios públicos, la educación y los aprendizajes, la salud, la justicia, la seguridad ciudadana, la economía, la inclusión, los programas sociales, la Seguridad y Defensa Nacional; y así como en toda actividad económica y social a nivel nacional. Esta norma es el primer paso para los desafíos tecnológicos que enfrentaremos en el Perú.
Es preciso señalar que la Inteligencia Artificial es una combinación de algoritmos, entrenados con datos de calidad, y diseñados con la intención de crear máquinas que desarrollen las mismas habilidades que el ser humano, y se aplica en diversos campos como la robótica, la salud, las finanzas, los sistemas de transporte, los videojuegos, las comunicaciones y las ciencias de la computación, entre otros.
Entre las ventajas figuran: mayor precisión (las máquinas logran ser más precisas que los seres humanos), reducción del margen de error (máquinas pueden detectar ciertos fallos que no son advertidos por el hombre), sin embargo, entre las desventajas estarían la falta de creatividad (las máquinas no son capaces de hallar una solución alternativa para un determinado problema) y también la desaparición o la transformación drástica de hasta la mitad de los empleos que serían reemplazados por máquinas.
Por tanto, el desafío de los gobernantes consiste en fomentar una sociedad digital que acceda, use y desarrolle tecnologías digitales emergentes a fin de evitar la pérdida de puestos de trabajo convencionales.
Una manera de encaminarnos en el fortalecimiento como sociedad digital es reconocer la importancia del gobierno de datos, entendido como el ejercicio de autoridad y control a través de la gestión de los datos como activos para la toma de decisiones.
Al respecto, el ejecutivo, a través de la Secretaría de Gobierno y Transformación Digital, viene impulsando el desarrollo de una infraestructura de datos a fin de poner a disposición datos de alta calidad que resulta de suma importancia para los gestores públicos y ciudadanía en general.
En esta misma línea se encuentra EsSalud, que a través de la moderna Unidad de Gobierno y Analítica de Datos (UGAD), viene implementando el gobierno de datos en todos los niveles de la institución, con el objetivo de tener información oportuna y precisa para la toma de decisiones y, de esta manera, mejorar la gestión asistencial y administrativa, siguiendo los lineamientos en materia de la transformación digital en el sector público.
Finalmente, el Poder Ejecutivo aprobó la Política Nacional de Transformación Digital al 2030 con el objetivo de garantizar un acceso inclusivo, seguro y de calidad al entorno digital para toda la población. Si bien hay importantes avances, sin embargo, falta mucho por hacer, entre ellos el de impulsar políticas públicas que permitan, entre otras, que el sector privado invierta para avanzar en transformación digital y gobierno de datos, pues, la inteligencia artificial necesita tanto de los datos como los datos necesitan de la inteligencia artificial.
En suma, las empresas y entidades públicas deben darse cuenta de que, si no te transformas, si no estás en el mundo digital, la probabilidad de subsistencia es prácticamente cero.
La mayoría de las personas interactúan de manera digital. Así por ejemplo las transacciones bancarias se hacen de manera virtual, los usuarios ni van a una sucursal o una agencia. El mundo ha cambiado luego de la pandemia por la covid-19 y si no evolucionamos, desaparecemos. En pocas palabras, pasaremos de la “selección natural” de Charles Darwin a la “selección de la inteligencia artificial” de las tecnologías emergentes.