Los amigos de la joven venelozana aseguraron que su acosador no la dejaba tranquila
Osnery Prieto, una joven venezolana de 24 años se convirtió en la víctima 92 (a nivel nacional) de feminicidio, al morir a manos de su compatriota de 37 años, quien luego se quitó la vida en el edificio en el que ambos vivían, en Chorrillos.
La joven venezolana había llegado hace más de un año desde su natal Venezuela con su madre y hermana, quienes también habitaban en ese predio con su padrastro, pero en cuartos separados.
Se alojó con su familia en la calle Andrómeda 819, en la urbanización La Campiña, en donde también conoció a otros compatriotas que llegaron a Lima para trabajar y ayudar a sus familiares que se quedaron en su país.
Entre ese grupo de connacionales encontró a Rayme Rojas Marcano, quien casi de inmediato la empezó a acosar. Esta situación se tornó insoportable desde marzo, cuando empezó la cuarentena.
Acosada por su asesino
El terrible hecho fue descubierto a las 6:30 de la mañana por unas mujeres que subieron a la azotea a tender ropa y vieron a Rojas, colgado con una cortina.
Minutos después se enteraron de que Osnery yacía sin vida en su dormitorio, en el tercer piso. Había sido degollada durante la madrugada por el presunto suicida.
Un pariente de la joven, quien trabajaba como secretaria en una empresa panificadora a solo unos metros, dijo que ella vivía con Rayme Rojas y tenían una relación conflictiva.
En cambio, sus amigos refirieron algo muy distinto. “Osnery nos contó que ese tipo la acosaba, aprovechando que vivían en el edificio. Ella tenía pareja, pero ese sujeto no la dejaba tranquila», dijeron.
Policías de la comisaría de Villa cercaron el lugar a la espera del fiscal de turno y de los peritos de Criminalística.