Por: Pablo Carranza
– ¿Como va el caso de los fallecidos en las manifestaciones al inicio del gobierno de su defendida?
Yo en ese particular caso no asumo la defensa por mi condición de ayacuchano, pero principalmente porque hay un abogado que inició y continúa en esta defensa. Me parece que en este particular y difícil caso debe haber responsables. Si es que el Ministerio Público construye un caso probatoriamente sólido y si es que el Poder Judicial, a propósito de ese caso probatoriamente sólido, supera la duda razonable y sentencia a las personas. Pero no podemos denunciar de forma apasionada, no podemos denunciar simplemente porque la presidenta de la República ocupa el cargo más importante en el país. Esas denuncias dejan de tener un rumbo de investigación y se convierten en un rumbo de persecución. Cuando las investigaciones persiguen a los seres humanos y no la investigan, pierden objetividad.
– ¿Cuál es la situación del caso de Boluarte?
El propio Juan Carlos Villena, ex titular de la Fiscalía de la Nación, actual fiscal supremo, determinó que en el caso de la presidenta por un lado archiva el delito de genocidio porque no encuentra una estructura de organización desde el aparato político de la Presidencia de la República para ejecutar órdenes de desaparecer, de eliminar y de lesionar a los protestantes. Sin embargo, en la siguiente página, cuando denuncia por homicidio calificado a la presidenta de la República ante el Congreso de la República, no lo hace primero por autoría mediata, sino lo hace por autoría directa, es decir, como si la presidenta hubiese agarrado un arma y hubiese dado muerte, pero principalmente ahí cambia de posición. Ahí dice que sí había una estructura de poder dirigida a esos propósitos y que había los testigos vinculados a nivel de los mandos militares hacia ese objetivo, pero estas mismas razones son las que conducen al propio fiscal a archivar el caso por genocidio.
– ¿No teme que cuando termine su gestión presidencial, sea procesada por este caso?
Confiamos en la autoridad judicial, confiamos en que el Ministerio Público resuelva jurídica y reflexivamente sus casos y no resuelva sus casos de manera personal e irracional. Consideramos que el juez, como diría Eduardo Couture, es el centinela de nuestras libertades. Ahí cuando los derechos hayan sido conculcados, ahí está la libertad, la independencia y la autonomía del juez. Pero cuando un juez sea timorato, responda al gobierno de turno, sea pusilánime o tenga miedo a las presiones o viva de sus pasiones, ese día ni tú, ni yo, ni nadie en el país podrá dormir tranquilo. Y consideramos que independientemente los factores de oposición, va a haber un factor de justicia en este país, que se va a imponer racionalmente sobre cualquiera que sean los móviles que quieran conducir a la presidencia a un destino distinto del que merece, que es la libertad y la tranquilidad para seguir gobernando.
– ¿Cree usted que Nicanor Boluarte, hermano de la mandataria, tiene más influencia de lo debido en el gobierno o en el círculo cercano de ella?
No llego a invadir el ámbito familiar y personal de la presidenta de la República porque considero que en efecto forma parte de ese ámbito muy sagrado. Sin embargo, sí lo conozco y conozco tanto a la presidenta de la República que puedo afirmar que como hermano seguramente podrá aconsejarla para que obre de manera adecuada, pero estoy absolutamente seguro que no determina ningún tipo de decisión política, funcionarial ni ejecutiva como la presidenta del país.
– La Comisión de Fiscalización del Congreso ha oficializado la invitación para que la presidenta vaya a declarar por el “Caso cofre presidencial” ¿asistirá al Parlamento?
Claro. Así como el sentido común para mí es el peor de los sentidos. O cuando la prensa, en el ánimo de construir la veracidad, construye, por el contrario, la patología de la información falsa. Ella tiene derecho a hablar o a callar.
– El chofer del vehículo presidencial declaró ante el Ministerio Público que llevó a la presidenta al condominio Mikonos, lugar donde el pasado 16 de enero se realizó un infructuoso operativo de captura contra Vladimir Cerrón ¿es verdad eso o no?
Nosotros afirmaremos y probaremos que efectivamente fue así, lo que no significa que hayamos encubierto a alguien. Esto tiene que saber la población. Se dice mucho, pero se conoce poco. Se habla mucho, pero se conoce poco. Y este caso en particular, de todos los que asumo, es el más fácil de demostrar. Y lo haremos cuando la presidenta de la República seguramente sea citada. Ella es madre, es tía, es hermana. La presidenta de la República tiene una vida más allá de ser presidenta de este país y cuando asiste a una reunión que no es protocolar, que no es oficial, trata justamente de no ser muy visible ante los medios de comunicación y la forma de hacerla visible es a través de la cápsula de la seguridad presidencial. Por eso es que la construcción probatoria respecto a que la presidenta se quedó en un lugar, en una reunión familiar, como ciudadana y no como presidenta de la República, es perfectamente probable.
– ¿Usted cree que la señora Boluarte es inocente en todos los casos en los que es investigada?
Cuando la presidenta de la República me convoca a través de una llamada que ella misma lo hace, no acepto su defensa de manera inmediata. Me reúno en el estudio tres días después y casi unos días después recién le doy la respuesta a la presidenta. Y cada caso penal que se apertura contra la presidenta no lo asumo de manera automática, converso con ella, la interrogo, la electrocuto un poco, se deja electrocutar porque claramente tiene que decirle a su abogado absolutamente toda la verdad. Y a partir de creer en los hechos y a partir de cotejar su versión, y por supuesto hacer uso de la sabiduría de la razón, es que finalmente decido continuar o aceptar algún caso. Creo en la inocencia de la presidenta.
