La princesa, Kate Middleton, hizo su primera aparición oficial en ocasión del desfile por el cumpleaños del rey Carlos III.
La princesa de Gales, Kate Middleton, participó este sábado en el saludo a la multitud desde el balcón del Palacio de Buckingham junto al resto de la familia real como parte del Trooping the Colour, uno de los actos más icónicos de la realeza británica.
Desfile del estandarte
La princesa recorrió en un carruaje el Mall, la avenida principal que conduce al Palacio de Buckingham, acompañada de sus tres hijos, y después debía unirse a los demás miembros de la familia real tras el desfile para saludar desde el balcón.
El rey Carlos III, también en tratamiento por un cáncer del que tampoco se conocen los detalles, participó en el desfile militar en un carruaje, con uniforme militar, acompañado de su esposa Camila, y no a caballo como el año pasado.
William, de 41 años, esposo de Kate, también con uniforme militar, realizó a caballo el trayecto, igual que sus tíos, Ana y Eduardo, desde el Palacio de Buckingham, bajando por el Mall hasta Horse Guards Parade, una gran plaza para desfiles en el centro de Londres, donde el soberano inspeccionaría las tropas.
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La popular princesa de Gales había anunciado el viernes su asistencia al acto tras indicar que está «teniendo buenos progresos, pero como cualquiera que pase por la quimioterapia sabrá, hay días buenos y días malos».
La noticia fue recibida con alegría y alivio entre los británicos presentes el sábado por la mañana cerca del Palacio de Buckingham para asistir al desfile.
«Mi tratamiento continúa y lo hará durante unos meses más. En los días malos te sientes débil, cansada y tienes que dejar que tu cuerpo descanse. Pero en los buenos, cuando te sientes más fuerte, quieres aprovechar al máximo el sentirte bien», escribió Kate.
Diagnóstico de cáncer
Kate Middelton había anunciado el 22 de marzo en un vídeo que la habían diagnosticado un cáncer, del que no dio detalles, y que había comenzado sesiones de quimioterapia. Aquel anuncio ponía fin a dos meses de conjeturas sobre su salud después de someterse a una misteriosa operación «abdominal».
El anuncio sobre la enfermedad de Kate significó el segundo mazazo para la familia real británica, menos de dos meses después de que el rey Carlos III fuera diagnosticado a su vez de cáncer.