Un equipo internacional de investigadores detallaron que la Amazonía podría desaparecer progresivamente en los próximos 26 años
Un equipo internacional de investigadores liderado por la Universidad Federal de Santa Catalina revela en un estudio publicado en la revista Nature que la mitad de la Amazonía podría enfrentar alteraciones irreversibles y, en el peor escenario, desaparecer para el año 2050.
La investigación, en la que participaron expertos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) español, evalúa los umbrales críticos que podrían desencadenar cambios significativos en la región, poniendo en riesgo el bosque tropical más grande del mundo.
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El informe identifica cinco factores principales, todos vinculados directa o indirectamente al cambio climático, que determinarán las posibles alteraciones en la Amazonía: aumento de la temperatura, disminución de las precipitaciones, aumento de la temporada seca, intensificación de la estacionalidad de las lluvias y deforestación.
El equipo de investigación estableció un «límite seguro» de deforestación acumulada en el 10%, pero lamentablemente ya se ha superado el 13%. Además, se advierte que el umbral crítico de aumento de la temperatura global, situado en 2 grados, tiene un límite seguro para el bosque amazónico en 1.5 grados.
Encarnación Montoya, científica del Instituto Geociencias Barcelona (GEO3BCN-CSIC), destaca la importancia de los bosques amazónicos como «refrigeradores» del planeta y sumideros de dióxido de carbono. Advierte que su degradación impedirá que actúen como «bomba de agua» y «succionador» de dióxido de carbono, intensificando los efectos del cambio climático.
Las esperanzas
Se resalta el papel fundamental de los indígenas como los principales protectores del bosque amazónico. La desaparición afectaría a 42 millones de personas que residen en la región, incluyendo 2.2 millones de indígenas y comunidades locales pertenecientes a diversas etnias y culturas.
El informe, resultado del primer informe científico sobre la Amazonía lanzado en la COP de Glasgow en 2021, hace un llamado a la responsabilidad local e internacional. Se destaca la importancia de la participación de los territorios de gobernanza indígena en la toma de decisiones y la adopción de prácticas tradicionales para preservar los valiosos espacios protegidos de la región.
En conclusión, los investigadores enfatizan que la selva amazónica alberga el 10% de la biodiversidad del planeta, almacena carbono equivalente a unas dos décadas de emisiones de la Tierra y juega un papel esencial en el enfriamiento neto que contribuye a estabilizar el clima global. Es urgente tomar medidas para evitar las potenciales consecuencias negativas y la desaparición inminente de la Amazonía.