Por Francisco Diez-Canseco Távara
Con la presencia significativa de delegados de la mayor parte de las regiones del Perú, se realizó el sábado la II Asamblea Nacional de Perú Nación la que eligió el nuevo Comité Ejecutivo Nacional (CEN), dispuso la creación de 4 Secretarías Macroregionales (Sur, Centro, Norte y Oriente) a pedido de los representantes regionales (con voz y voto en el CEN) y creó una Comisión ad hoc para analizar el relanzamiento del símbolo del partido.
Fue muy interesante escuchar los informes de las regiones respecto de los resultados de las elecciones regionales y municipales y en cuanto al referéndum: el eje central de dichos resultados, en ambos casos, ha estado en la masiva desinformación del electorado, las campañas millonarias de la plutocracia política, el apoyo selectivo de candidatos por encima de los partidos y la vigencia de movimientos locales en la mayoría de las regiones, en un marco de profunda y desorientada indignación frente a la corrupción sistémica desnudada por los casos “Lava Jato” y “Los Cuellos Blancos”.
Está claro que, con votaciones como las obtenidas por diversos candidatos requisitoriados y con orden de captura por condenas definitivas de prisión efectiva, los comicios municipales y regionales no reflejan en absoluto el sentir de una ciudadanía aún manipulada por personajes corruptos que han logrado mantenerse vigentes.
Pero hay, por delante, un horizonte de cambio en la medida en que la transparencia y la verdad se sigan abriendo paso más allá de la falsedad y la demagogia que han llevado a muchos peruanos a creer, por ejemplo, que con los resultados del referéndum se ha dado un gran salto adelante en la lucha contra la corrupción.
Perú Nación seguirá consolidando su organización nacional, haciendo docencia política y formulando, con desprendida vocación cívica, sus críticas y sugerencias para impulsar una transparente y decidida batalla contra la corrupción en el marco de nuestro planteamiento de una Revolución Pacífica que modifique las estructuras del Perú desde sus más profundas raíces para pagar la Deuda Social y respaldar real y efectivamente al motor de la economía que es el sector privado.