Creadora de las hermanas de la caridad, un emblema de dedicación a los pobres, emprendió viaje a la eternidad hace 24 años
La Madre Teresa de Calculta, que puso su vida al servicio de los pobres, fue declarada santa el cuatro de septiembre del 2016 por el papa Francisco en una ceremonia de canonización celebrada en el Vaticano ante miles de personas, luego que dio por probados varios milagros suyos entre ellos la «curación inexplicable» de una mujer hindú, Mónica Bersa, de 34 años, que padecía un tumor en el abdomen del que sanó.
Su santificación papal fue dispuesta en una fecha cercana al 05 de septiembre, fecha en que se recuerda la fecha en que murió 19 años, el 5 de septiembre 1997. El proceso para convertir en santa a la religiosa albanesa ha sido largo y los milagros que se la atribuyen, impactantes.
El primero, aquel que la convirtió en beata el 19 de octubre de 2003 ante miles de personas reunidas en la plaza de San Pedro, ocurrió en 1998. El por entonces papa Juan Pablo II dio por probada la «curación inexplicable» de una mujer india de religión animista, Mónica Bersa, de 34 años, que padecía un tumor en el abdomen del que sanó.
Milagro impactante
El milagro que finalmente la convertirá en santa ocurrió en Brasil y ha desconcertado a los médicos. Se trata de la curación extraordinaria en 2008 de un ingeniero, que hoy tiene 42 años, en Santos (Sao Paulo), Brasil.
El hombre padecía «múltiples abscesos cerebrales con hidrocefalia obstructiva» y necesitaba «un trasplante de riñón y terapia inmunosupresora» para evitar la muerte inminente.
Su calvario, iniciado meses antes de la operación y semanas después de su casamiento, lo llevó finalmente a un estado de coma. Así ingresó al quirófano el 9 de diciembre.
Pero algo falló en los equipos y los médicos decidieron posponer media hora la intervención. Cuando fueron a buscarlo otra vez a su habitación no pudieron creer la escena con la que se encontraron: el enfermo estaba despierto, sentado en su cama, sin síntomas y perfectamente lúcido.
Mientras todo esto ocurría, familiares y amigos del enfermo se encontraban en la planta baja del hospital, pidiendo a la beata Madre Teresa por la vida del joven ingeniero.
«Díganle a la Madre Teresa que se preocupe por él», les había rogado la esposa, devota ferviente de la fundadora de la Congregación de las Misioneras de la Caridad en Calcuta.
Pedidos a la Madre
En el diario de Santos, Presença Diocesana, el padre Elmiram Ferreira explicó que acompañaba a la familia en esa época: “Yo le tenía mucha fe a la gran Madre Teresa y siempre rezo la Santa Misa en la Casa de las hermanas Misioneras de la Caridad en Santos. La manera como ella enfrentaba el dolor, el sufrimiento del mismo Cristo me inspiraba a entender también el sufrimiento de aquella familia», relató.
El sacerdote les dio una oración para pedir la intercesión de la Beata para que todos la rezaran intensamente. «La Madre Teresa se convirtió en el consuelo y aliento en aquella larga jornada. Así, cuando se verificó la completa recuperación de la salud que los médicos no podían explicar, entendí que allí estaba la mano de la Bienaventurada», afirmó.
«El médico que cuidó al hombre en Santos fue el mismo que cuidó del Papa Francisco en la Jornada Mundial de la Juventud en 2013, y él le contó el caso al Pontífice.
Papa la santifica
Su Santidad expresó entonces el deseo de estudiar mejor el caso y por ello los encargados de Roma vinieron a Santos», contó el padre Ferreira.
Un consejo médico analizó luego el caso y determinó, con siete votos positivos sobre siete, que la curación del hombre no tenía explicación científica. «Nunca he visto un caso como éste –escribió el jefe del equipo médico en su declaración-. En mis 17 años atendiendo patologías como ésta todos los pacientes han fallecido. No puedo dar una explicación científico-médica de lo sucedido».Pruebas posteriores confirmaron el restablecimiento total de la patología cerebral permanente, en un corto tiempo y sin ninguna secuela. El joven regresó pronto a su trabajo y a sus actividades diarias normales.
El análisis oficial del supuesto milagro se inició en junio de 2015 en la Diócesis de Santos y fue reconocido como tal por la comisión teológica de la Congregación para la Causa de los Santos. La madre Teresa será el primer premio Nobel que subirá a los altares.
Perfil
La santa Teresa de Calcuta fue una misionera católica, nacida en Skopje, Yugoslavia (hoy Macedonia) el 26 de agosto de 1910, bajo el nombre de Agnes Gonxha Bojaxhiu. Sus padres, Nikola y Dronda Bojaxhiu, eran albaneses que se afincaron en Skopje poco después de empezar el siglo. Dado que su padre era copropietario de una empresa constructora, tuvo una infancia acomodada.
En 1928 decidió convertirse en monja y viajó a Dublín, Irlanda, para unirse a las Hermanas de Loreto, una orden religiosa fundada en el siglo diecisiete.
En Mayo 24 de 1931 tomó el nombre de Teresa en homenaje a Santa Teresa de Ávila, una monja española del siglo XVI. En 1929 la Madre Teresa fue comisionada para enseñar geografía en el colegio secundario Santa María para niñas de Calcuta, al sur de Darjeeling.
En esa época las calles de Calcuta estaban atiborradas de mendigos, leprosos y desamparados. En un tren, de vuelta a Darjeeling, en 1946, sintió la necesidad de abandonar su posición en Santa María para ocuparse de los necesitados en Calcuta. Luego de obtener el permiso de su arzobispo, comenzó a trabajar.
Permiso del papa
En 1948 el Papa Pío XII le dio su permiso para vivir como monja independiente. El mismo año se convirtió en ciudadana de la India. Luego de estudiar enfermería por tres meses con las Misioneras Médicas Americanas en la ciudad India de Patna, volvió a Calcuta para fundar las Misioneras de la Caridad. Como hábito eligió un sari blanco con un borde azul, y una simple cruz abrochada sobre el hombro izquierdo.
Su orden recibió permiso de las autoridades de Calcuta para usar una parte de un templo abandonado de la diosa Kali, la diosa hindú de la muerte y la destrucción, donde fundó el Hogar de Moribundos Kalighat. Ella y sus compañeras recogieron hindúes moribundos de las calles de Calcuta y los llevaron a este Hogar para cuidarlos durante lo que les quedara de vida.
Durante los últimos años de su vida, a pesar de los cada vez más graves problemas de salud, Madre Teresa continuó dirigiendo su Instituto y respondiendo a las necesidades de los pobres y de la Iglesia.
El 5 de septiembre de 1997 su vida terrena llegó a su fin. El Gobierno de India le concedió el honor de celebrar un funeral de estado y su cuerpo fue enterrado en la Casa Madre de las Misioneras de la Caridad.