Abril del 2018. En esa fecha, en Lima, se reunieron los Presidentes de América Latina, para tratar el tema de la «Gobernabilidad Democrática frente a la Corrupción».
Decíamos en Julio de ese mismo año, que esa reunión, era una confirmación de que toda América Latina ha estado padeciendo (y continúa padeciendo casi 3 años después) la Pandemia de la corrupción.
Hasta el día de hoy, 2021, 3 años después del evento, en toda América Latina, como consecuencia de esa reunión, -que sepamos-, no ha habido ni se ha divulgado un resultado mancomunado, para eliminar la corrupción. Básicamente, nada en absoluto. O sea, nuestros Presidentes vinieron a Lima, se echaron su paseadita, tomaron sus whiskies, hablaron un poco de m….y listo: «Le cumplieron a la «Cumbre de las Américas».
En ese estado de cosas, traigo a colación un par de estrofas de un viejo poema satírico, de autor desconocido:
«Un pobre se roba un pan, es por hurto condenado, Otros le roban al Estado y le dicen «liso» al truhán».
Tanto se ha estado hablando y tratando el tema de la corrupción a lo largo de estos años, que los corruptos, como buenos ídolos que tienen ojos y no ven, orejas y no oyen, cabeza y no piensan, $iguen haciendo de la$ $uya$. No es que se hagan los»pendejos». Tarde o temprano, les esperan las «llamas humeantes del infierno». Pero a ellos, eso les resbala, porque son gente que no creen en Dios. Solamente creen -como buenos ególatras-, en ellos mismos. Piensan que son «intocables».
En esta época de la Pandemia del COVID-19, continúan haciendo chanchullo$ y componenda$, en una forma de$piadada contra la población. Tanto que ni siquiera la Pena Capital, -como castigo-, sería suficiente.
En estos días, en alguno de nuestros países, se descubrió que un alto miembro de las Fuerzas Armadas vendía la ga$olina -propiedad de las Fuerzas Armadas del país-, a particulare$. De$de luego que no erá el $ólo, había un equipo, traicionando a la Patria. Lo he mencionado en otros Artículos: No e$ $ólamente el monto del robo o $aqueo a las Arcas Nacionales, sino el daño colateral a la Población, en Educación, Salud y Vivienda.
Todos, pero absolutamente todos los -pocos- juicios que se han hecho por corrupción en nuestros países latinoamericanos, jamás han considerado el daño colateral. Ejemplo: No es solamente el dinero que se robaron por las camas UCI en los Hospitales y Clínicas, sino, cuánta gente murió por no poder entrar en una UCI. Porque hasta ahora, lo que se ha hecho es: «casa por cárcel y *vamos a ver qué porcentaje recuperamos de la plata que te roba$te o del $oborno que recibi$te*.
Otros políticos, sin considerar que esto de la Pandemia es un verdadera calamidad mundial y nacional, solicitan que también las empre$a$ particulare$, puedan entrar (lo$ pobrecito$) al rentable negocio de vender las vacunas, como si fueran zapatos o bizcochos.
¿Será para conseguir más votos en una próxima campaña electoral? Es una situación muy particular, muy extraordinaria, que por múltiples razones de orden, seguridad y responsabilidad nacional conviene que sea el Estado quien termine de «lidiar» con este «bicho» del COVID-19. No se entiende que gente tan «inteligente y preparada», no vea ese «detalle» con suprema claridad.
(*) Miembro A.I.E.L.C.
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