La actual pandemia vislumbró una nueva forma de entretenimiento seguro, a la vez de generar ingresos económicos en casa.
La actual pandemia debida a la COVID-19, no solo obligó a la sociedad peruana a adaptar nuevos hábitos de vida, sino también nos incentivó a entender los problemas más latentes que merodeaban el día a día. Por un lado, el estado económico de la población popular no era el mejor, muchos compatriotas ejecutaban emprendimientos para generar una nueva fuente de ingresos, sin embargo, otro problema se asomaba como consecuencia a nuestra realidad. La informalidad se adentró con más fuerza, y con ella se hacían notar diferentes trifulcas desmedidas. Lejos de encontrar alguna solución a este problema, nos continuábamos hundiendo más en ella.
Por su parte, la cuarentena obligatoria hizo lo suyo. Pronto los negocios físicos empezaron a caer en picada y con ellos los que, quizá por coincidencia, presentaban cierto auge y frecuencia. Los teatros, cines, gimnasios y casinos, se vieron interrumpidos en el país abruptamente. Cayó también la salud mental de muchas personas que no conseguían adaptarse a este nuevo contexto sociocultural y las capacidades de entretenimiento sostenible parecían agotarse.
Ahora, otro sector comenzó a crecer rápida y desmedidamente, la era virtual se apoderó de nuestras “viejas costumbres” y nos hizo propios de un nuevo nacimiento creativo. Pero, a todo esto, ¿Cómo afectó la modernidad tecnológica al campo económico nacional? ¿La informalidad podría presentar alguna clase de cambio? Para responder la primera pregunta es necesario comprender lo siguiente; los sectores anteriormente mencionados (que se vieron obligados a cerrar), ya presentaban pares virtuales, sin embargo, no habían sido explotados por las mayorías. En cuanto al segundo cuestionamiento, es cierto que la vía Online podría ayudar a disminuir la informalidad en grandes medidas, como lo veremos a continuación.
De estos modelos de negocios, el que presentó la mejor adaptación y mayor recibimiento popular fueron los casinos Online. Las personas vieron en este sistema de entretenimiento otra forma adicional de generar ingresos económicos y evitar así acceder a distintos casinos físicos que, muchos de ellos, terminaban siendo ilegales y por ende fraudulentos. Claro está que aquello que trae la informalidad es también, la inseguridad física.
A partir de esto aumentaron drásticamente las ofertas en el mercado, ante un público exigente demasiados casinos online se presentaban como los más novedosos y confiables. No obstante, los casinos virtuales son legales desde el 9 de julio de 1999 con la Ley Nro. 27153 (ley que regula la explotación de los juegos de casino y máquinas tragamonedas). En la actualidad, son supervisados por el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo de Perú y la CONACTRA. Aún así, al aumentar la gama de opciones los usuarios se sentían bastante desprotegidos y confundidos.
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