La firma de contrato entre el gobierno y la IPC gatilló el golpe de Juan Velasco

Con la excusa de la desaparición de la página 11, asegura analista político Ángel Delgado

por | Oct 23, 2024 | Especiales, Titulares

Con la excusa de la desaparición de la página 11, asegura analista político Ángel Delgado

Por: Pablo Carranza

– ¿Cómo recuerda ese 3 de octubre del año 68 en que se instauró el régimen de Juan Velasco?

Bueno, el 3 de octubre de 1968 fue el resultado inmediato de una profunda convulsión que el Perú vivió en los finales del gobierno democrático de Fernando Belaunde Terry. Eran tiempos muy difíciles, la economía se había desquiciado, se había producido una crisis, el enfrentamiento entre poderes había llegado a su punto más alto, aunque ya para este momento se había dado una cierta tregua entre los partidos mayoritarios: el Apra que dirigía Haya de la Torre y Acción Popular de Fernando Belaunde. Pero su partido, se había dividido, ni más ni menos que el vicepresidente del partido y su secretario general, Eduardo Seoane, había renunciado al partido y había acusado de traición a las promesas que Belaunde había hecho en la campaña. Pero lo que gatilló el golpe de Estado fue un suceso que después no ha tenido mucha consistencia, pero sin embargo en su momento fue explosivo. La suscripción de un contrato entre el gobierno y la empresa IPC, que era subsidiaria del Standard Oil, que había manejado el yacimiento de La Brea y Pariñas durante muchos años en condiciones absolutamente favorables a la empresa y con pocos dividendos para el país. Era un tema pendiente que tenía una solución. Belaunde en su campaña presidencial había prometido resolver este viejo problema, pero la solución tuvo un desliz porque cuando se anunció los términos en los cuales el Estado peruano recuperaba estos yacimientos y se pasaba a un proceso de estatización de la petrolera a través de un contrato, se señaló que había una página, la famosa página 11, de este contrato que no existía y que ahí habría habido una serie de condiciones onerosas para el país. Esto generó un ánimo terrible y por eso hasta cierto punto no sorprendió mucho que el 3 de octubre en la madrugada, las Fuerzas Armadas dieran un golpe de Estado, un golpe de Estado que lo llamaron institucional porque los golpes son encabezados por caudillos militares, pero este fue un golpe que se proclamó «institucional de las Fuerzas Armadas». O sea, como que las Fuerzas Armadas en bloque, sus tres armas decidieron interrumpir la vida política del país. Y entonces Velasco, que era el comandante general, pasó a ocupar la presidencia de la República y se repartieron los cargos de gobierno entre los oficiales de las distintas Fuerzas Armadas.

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– ¿Cómo es que un gobierno de las Fuerzas Armadas fue de izquierda?

Bueno, lo que pasa es que eran los tiempos reforma. Una década atrás se había producido la Revolución Cubana, en el año 1959, y eso había generado un ánimo distinto en el país. Por cierto, los países de América Latina tenían economías atrasadas, marcadas por una presencia de dominio terrateniente y feudal, y eran economías agroexportadoras con poco desarrollo industrial. Entonces todo eso generó un clima que, digamos, la Revolución Cubana capitalizó y generó una sensación de cambio. Entonces, en diferentes países de nuestra América se desarrollaron movimientos internacionales de guerrillas. En el Perú también las hubo en el año 1965, que fueron develadas por las Fuerzas Armadas, por cierto, en ese momento. Pero la comprensión era que estas guerrillas, si bien eran una secuencia de un problema mayor, el Perú tenía que superar sus estructuras. Entonces, el gobierno de Fernando Belaunde Terry se había planteado como la última oportunidad del sistema democrático peruano para, a través de las urnas, llevar adelante un conjunto de reformas de tipo progresista, de tipo reforma agraria, estatización de nuestros principales recursos para recuperar la soberanía e iniciar una época de progreso bajo los patrones que desde el punto de vista intelectual, estaban señalados en la comisión para América Latina de la CEPAL, que es un organismo de las Naciones Unidas, que tenía diagnósticos que nuestros países no podían desarrollarse porque eran dependientes de las estructuras mundiales, de lo que en lenguaje de izquierda se llamaba el «imperialismo», y que había además que reducir a las clases cómplices de ese imperio, que eran básicamente los sectores terratenientes, atrasados.

¿Entonces, Juan Velasco estuvo en contra de ese estatus quo?

O sea, para que el Perú se modernizara, era necesario llevar adelante un conjunto de reformas. Belaunde, digamos, que había ganado esas banderas en las elecciones del año 63, no logró cometer este propósito, y, entonces, las Fuerzas Armadas que ya había dado una interrupción preventiva el año 62, ese es el primer golpe institucional con Pérez Godoy, que se interrumpen y llevan adelante las reformas estructurales en el campo, en la ciudad, que la clase política no había podido hacerlo por la vía democrática. Entonces, a través de una interrupción, era dar cumplimiento a un programa de reformas y modernizaciones contra un viejo orden oligárquico, que además permitía frenar la revolución que estaba en la puerta de la esquina. O sea, en otras palabras, si nosotros no hacemos las reformas, van a venir la influencia cubana o soviética en ese momento, y entonces se va a entronizar a una revolución de tipo comunista.

– ¿Pero por qué todo tuvo consecuencias tan negativas?

Bueno, todo tuvo consecuencias muy negativas como se ve hasta ahora.


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