Para que no investigue, gobierno lanza guerra política para cerrar el congreso y tomar por asalto el Ministerio Público
VÍCTOR ALVARADO
Si el fiscal de la Nación, Gonzalo Chávarry, hubiera formado parte de una conjura política del fujimorismo o el aprismo, como sostiene Vizcarra y su prensa subvencionada con publicidad estatal, habría sido aconsejado por alguna inteligencia pensante de estos grupos, de no relevar a los fiscales del caso Lava Jato, Rafael Vela y José Pérez, porque sería un paso en falso en razón a que no había una coyuntura política favorable para hacerlo.
Un análisis elemental del momento político, que no lo hizo Chávarry porque no es político, revelaba que Vizcarra era dueño de la ofensiva política, pues había conseguido sacar de la arena política a su principal rival, e incluso recluirlo en la cárcel, a la lideresa de Fuerza Popular, Keiko Fujimori, valiéndose de sus operadores políticos, precisamente los fiscales Vela y Pérez.
La ofensiva del gobierno para destruir a la oposición, no se ha conformado con meter a la cárcel a su principal opositora, sino también avanzó en profundidad con una serie de maniobras divisionistas, y lo que no pudo conseguir PPK de dividirlos y sumarlos con prebendas, recuérdese los mamani-videos, Vizcarra lo logró con artes nada santas.
“ENTRISMO”
En este país no hay “pendejada” política que no se sepa, tarde o temprano se conocerá del llamado “entrismo” político realizado por el gobierno para penetrar en el fujimorismo, explotar sus errores y debilidades y de manera particular el ego de políticos oportunistas como Daniel Salaverry, conocido tránsfuga primero del partido de César Acuña y luego del Apra.
Estaba a la vista que Chávarry eligió el peor momento para desembarazarse de los fiscales del caso Lava Jato, Rafael Vela y José Domingo Pérez, de castigarlos por su insubordinación, desacato permanente de sus órdenes y lo que es peor, por haberse prestado al encargo político de Vizcarra, de ser la cuña para palanquearlo y sacarlo del Ministerio Público.
La decisión de Chávarry de reorganizar sus cuadros, incluido los relevos de Vela y Pérez, estaba respaldada por la Ley Orgánica del Ministerio Público y por la propia Constitución Política, pero chocaba con la ofensiva mediática del gobierno que ha hecho creer a la población que Vela y Pérez son intocables porque son los gladiadores del Perú contra la corrupción.
CONSIGNA POLÍTICA
Pero, en verdad, no son los gladiadores ni nada que se le parezca. Si uno mira objetivamente, veremos que ellos están cumpliendo la consigna política del gobierno de solo atacar, perseguir y encarcelar a los enemigos políticos de Vizcarra y de PPK, su jefe al que lleva en la espalda y presentarlos como la “gran corrupción”, cuando en realidad se trata de la “corrupción menor”.
A estas alturas del partido, el logro más importante de estos “gladiadores” es haber metido a la cárcel a Keiko Fujimori y haber intentado hacer lo mismo con Alan García.
Pero, la gran corrupción, la corrupción gigante que ha robado al Estado miles de millones de dólares, a través de sobrevaloraciones de obras y licitaciones amañadas , por montos mayores en mil veces más de lo que se apropió el fujimorismo, a través del ex asesor Vladimiro Montesinos, permanece intocable.
CAÍDA DE CHAVARRY
La gran corrupción intocable tiene como cabezas al expresidente Pedro Pablo Kuczysnski, a las empresas Graña y Montero consorciadas con Odebrecht (dueños de El Comercio y los Canales N y América), el expresidente Alejandro Toledo, la propia Odebrecht, (a la que en el colmo del sometimiento con la corrupción, se le ha autorizado a seguir operando en el país) e incluso el mismo Vizcarra, objeto de 40 denuncias por corrupción en Moquegua durante su ejercicio como presidente regional, de las cuales tres son juicios abiertos.
Las carpetas fiscales de los casos grandes de corrupción están en manos de ese grupete de fiscales embarcados en la conjura contra Chávarry y apenas este les pidió la entrega de estas “carpetas dormidas” se le fueron al cuello, en medio del aplauso del gobierno. Este es el trasfondo de la guerra contra el renunciado fiscal Chávarry, con lo cual se ha consumado la estrategia de sacarlo del cargo para garantizar que los grandes corruptos seguirán intocables, como lo son hasta la fecha.
Un tema que analizaremos en otro momento es la simultaneidad de cientos de marchas en todo el país, la mayoría de ellas premunidas de banderas de 8 a 10 metros de largo por 2 de ancho y carteles impresos, proporcionados por el Ministerio del Interior, el verdadero organizador y reclutador de los activistas que aparecen como agitadores.