IVÁN TORRES LA TORRE
Definitivamente, el país atraviesa un gran drama nacional por la grave crisis de institucionalidad que está golpeando a la nación. No es la primera vez que el Perú enfrenta situaciones de estas magnitudes. Hoy, nuestros enemigos no son agentes externos, no son los intereses extranjeros que desataron guerras, nuestros enemigos no están codiciando nuestras fronteras.
Por el contrario, tenemos a nuestros grandes enemigos en casa: La corrupción, consecuencia del deterioro moral de la política y a la nueva forma de terrorismo que cambió de la lucha armada a la lucha política.
Ante este drama nacional, la nación tiene el compromiso y el deber moral de mostrar una reacción histórica y patriótica que salve a nuestro país de una debacle nacional. La pregunta es ¿quiénes son los llamados a luchar por el cambio que el país exige y necesita?
La respuesta está en el tesoro más preciado que tiene la nación peruana, la juventud. Son los jóvenes los llamados a liderar esta reacción histórica que el Perú demanda.
Si los jóvenes son los responsables históricos del viraje que debe dar nuestra nación hacia un futuro mejor, entonces como sociedad y como nación estamos en el compromiso de cuidar a nuestra juventud. Sin perjuicio de ofrecerles un país seguro y moralizado, el primer paso es hacer que los jóvenes sientan que son el motor del cambio y que construyan una voluntad nacional.
La juventud debe impregnarse de esta voluntad del ser nacional, trasladada hacia ellos a través de decisiones históricas como son el cambio político de la educación nacional y la creación de oportunidades.
La juventud debe mirar el futuro con esperanza. La sociedad debe ofrecer a los jóvenes las oportunidades para su desarrollo laboral, técnico o profesional; el joven debe ocupar un espacio en la producción nacional y en la construcción del país. Caso contrario, seguiremos apreciando como nuestra juventud, al no encontrar un presente seguro, no se proyecta hacia su destino.
Seguiremos viendo como nuestros jóvenes se ven forzados a trabajar en cadenas de hamburguesas, no por hobby sino por necesidad, los seguiremos viendo en los cruceros peatonales dando volteretas en el aire; veremos a nuestra juventud frustrar su educación por falta de recursos y lo peor de todo, muchos jóvenes seguirán escogiendo el camino de las pandillas, de la delincuencia, convirtiéndose en marcas o feminicidas, repudiando a la sociedad y al Estado nacional. , que otros serán pandilleros, marcas, feminicidas, que repudian a la sociedad y al Estado nacional.
Construyamos entonces en nuestra juventud esa voluntad nacional que nos dará el cambio. Inculquemos a la juventud el amor por la patria, por nuestra cultura en todas sus manifestaciones, formemos en ellos el verdadero ser nacional. Hasta la próxima semana.
