Esta no era la primera vez que la familia enfrentaba este tipo de amenazas
El Porvenir, conocido como uno de los distritos más peligrosos de La Libertad, vivió un episodio escalofriante cuando una familia fue blanco de dos ataques con dinamita en menos de 48 horas. Los extorsionadores, exigentes y violentos, amenazaron con causar daño a los hijos si no se pagaban 100 mil soles, dejando claro que no estaban dispuestos a negociar.
La familia, dedicada al rubro del transporte y con varios negocios a su cargo, recibió un mensaje aterrador a través de WhatsApp, donde los criminales enumeraban los nombres y datos de los miembros de la familia, dejando en claro que conocían cada detalle de sus vidas. El video enviado por los extorsionadores mostraba a cinco hombres encapuchados, armados y dispuestos a todo, con un mensaje claro: «Pagas porque pagas».
La indignación y la preocupación se apoderaron de los familiares y de la comunidad. ¿Dónde estaba la policía? ¿Por qué no se tomaban medidas? Las preguntas resonaban en las calles, mientras las detonaciones dañaban no solo la propiedad de la familia, sino también las viviendas cercanas. Los vecinos, temerosos por su seguridad, clamaban por acciones urgentes para detener la violencia desenfrenada que se apoderaba del lugar.
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Esta no era la primera vez que la familia enfrentaba este tipo de amenazas. Hace tres años, ya habían recibido una carta de extorsión, que reveló ser obra de un vecino de la zona. La repetición de estos actos solo intensificaba el miedo y la incertidumbre, mientras las autoridades intentaban hacer frente a la situación.
La comunidad de El Porvenir exigía respuestas y acciones concretas. La policía, consciente de la gravedad de la situación, había iniciado una investigación tras la formalización de la denuncia. Sin embargo, la sensación de inseguridad persistía, alimentada por la impunidad de los delincuentes y la ausencia de una respuesta contundente por parte de las autoridades.
El caso de esta familia sacudió a Trujillo y puso de manifiesto la realidad cruda y desafiante que enfrentan muchas comunidades frente a la extorsión y la violencia. La lucha por la seguridad y la justicia seguía vigente, mientras la familia y sus vecinos se aferraban a la esperanza de un cambio que les devolviera la tranquilidad perdida.