En la cáscara de la manzana se concentra una cantidad importante de fibra insoluble que ayuda a la evacuación intestinal, de tal forma que su ingesta diaria puede alejar el estreñimiento.
Por otro lado, en su pulpa se concentra una fibra llamada pectina, que participa en la regulación del tránsito intestinal disminuyendo la pérdida de agua durante la diarrea.
En la fruta también hay unos fitoquímicos conocidos como taninos, que tienen propiedades astringentes y antiinflamatorias.
Nutrientes
El 85% del peso de una manzana es agua y el resto se compone de hidratos de carbono y vitaminas como la A, C, B1, B2 y vitamina E.
Esta fruta contiene muy poca grasa y proteína (100 gramos de manzana contiene 40 kcal, 10 gramos de azúcar una gran cantidad de potasio, cítrico y málico).
Éteres, taninos, alcoholes y aldehídos también están presentes, tanto en la pulpa como en la piel de la manzana (verde o roja), así como un gran número de terpenos, que crean los olores y sabores de manzanas infinitas y diversas.
Otros beneficios
Tienen acción diurética
Por sus concentraciones significativas de potasio, las manzanas tienen una acción diurética que combate la retención de líquidos y algunos de los problemas asociados a esta.
Los pacientes con enfermedades inflamatorias o hipertensión arterial se pueden beneficiar comiendo una porción de manzana todos los días.
No obstante, aquellos que sufren de insuficiencia renal, deben tomarla bajo supervisión médica debido a la restricción de potasio que deben mantener en la dieta.
Dientes más sanos
Cuando se mastica una manzana se estimula la producción de saliva en la boca, lo que ayuda a reducir de forma considerable las bacterias que causan la caries dental y otros tipos de infecciones.
Aunque una manzana no puede sustituir el cepillo de dientes y la pasta dental, sí es bastante útil en aquellos momentos en los que no se tienen estos elementos de aseo a mano.