Phillip Butters
El certificado de habilitación técnica que se le dio a la empresa Sajy Bus para que operase en la vía pública, que fue otorgado por la Dirección General de Transporte y fue firmada por el señor Paul Concha en pleno gobierno de Martín Vizcarra, contradice absolutamente a Edmer Trujillo y es prueba de que mintió.
Ese lugar, en la vía pública, con dirección y todo, estaba habilitado para ser TERMINAL TERRESTRE. Así como usted lo lee amigo lector de LA RAZÓN. El señor Edmer Trujillo le ha mentido al país clamorosamente. Ese lugar era cualquier cosa menos informal, tenía la formalidad y la sigue teniendo con un certificado dado por el Ministerio de Transportes y Comunicaciones.
Mintió Trujillo cuando afirmó que era responsabilidad de SUTRAN dar o no autorización a un lugar de esa naturaleza, porque –precisamente- bajo el MTC es que SUTRAN hace o deja de hacer.
SUTRAN también mintió al decir que esta empresa podía utilizar el sitio pero empezaba sus viajes en otros terminales terrestres.
Mentira tras mentira. Pero la más preocupante es la de Vizcarra cuando dice que “todos somos responsables”.
Lo primero que ha debido hacer es pedir la renuncia de Edmer Trujillo, en quien parece confiar más que en Salvador del Solar.
En el caso del ministro, por lo menos deberían interpelarlo. Pero como estamos en ‘Perusalén’ -como dice Manolo Rojas-, acá llueve hacia arriba y no va a pasar nada.
De otro lado, el congresista Víctor Andrés García Belaunde plantea una comisión investigadora para saber en qué se gastó el gobierno 1650 millones de soles (presupuestado para todo el año) en asesorías y consultorías.
Sin ir muy lejos, el Ministerio de Economía ha gastado desde el 1 de enero hasta la fecha 500 mil soles diarios en asesorías y consultorías.
Además, hay asesorías y consultorías en todos los ministerios. Principalmente en el Ministerio de Educación, que es la madre de todos los portafolios, en cuanto a asesorías y consultorías. También están los ministerios de la Mujer, Desarrollo e Inclusión Social, Justicia y Cultura.
Esto ha generado un Estado paralelo. Es prácticamente el triple del Congreso de la República. El odiado presupuesto del Parlamento, que supuestamente se gasta la plata en computadoras, flores y cocteles. Esa es la realidad.
El Estado paralelo en donde viven muchas ONG, muchos periodistas disfrazados de analistas políticos y muchísimos congresistas que tienen sus aliados ahí.
Al parecer el congresista Alberto de Belaunde se opone a una comisión investigadora. ¿Cuántos amigos o amigazos de la bancada liberal vivirán de esa mamadera del Estado? Ojalá que se logre formar esa comisión investigadora y ahí van a llover sapos y culebras y mucho periodista que es vasallo del gobierno, ya que con eso edulcora sus opiniones.
Es decir, repletas de mermelada, todas las radios, periódicos, revistas y televisoras el Perú. Parecen que es eso lo que no quieren que se sepa. Eso es lo que quieren ocultar. Pero como el certificado de Fiori, todo a la hora de la hora, se sabe.
