Fueron el terror en el mar mediterráneo. el primero murió decapitado luego de una batalla y el segundo murió de muerte natural, inmensamente rico
Los hermanos turcos Aruj y Jaredin Barbarroja, los corsarios más sanguinarios del siglo XVI, fueron hijos de un cristiano de origen albanés capturado por los turcos que, sirviendo a estos en la Isla de Lesbos, se casó con una cristiana viuda llamada Catalina, que el cronista Mármol señala como una española apresada.
De esa unión surgieron dos hijas y cuatro hijos: Aruj, Elías, Ishak y Jaredín, los que fueron musulmanes igual que padre. El hermano mayor, Aruj Barbarroja, llamado así por su barba rojiza (aunque hay otra teoría que apunta era por una deformación de la palabra Babá, padre), fue inicialmente un comerciante marítimo que se transformó en un pirata brutal.
Decidido a lograr las simpatías del sultán Bayaceto, Aruj Barbarroja se unió a los ataques turcos contra la isla de Rodas, vecina de Lesbos.
Inicio de su odisea
Precisamente en un combate marítimo contra una escuadra cristiana, el joven fue hecho cautivo, posiblemente por una galera española, y su hermano Elías fue abatido. Aruj se pasó los siguientes dos años remando en una galera con un pie encadenado y prometiendo vengarse de los cristianos por la muerte de su hermano.
Aruj Barbarroja, el pionero «del brazo cortado»
Aruj se libró de su cadena cortándose con un cuchillo el talón del pie y tirándose al agua. A continuación se enroló como timonel en una flotilla corsaria (el sultán se dedicaba a repartir patente de corso a todos los que armasen naves para atacar a los cristianos), formada por una galera y un bergantín.
Pero como no era hombre nacido para obedecer sino para mandar, Barbarroja asesinó a uno de sus patrones y se hizo con los barcos. Sus hermanos Ishak y Jaredín, el segundo tan intrépido como él, se sumaron a la tripulación de Aruj.
Racha de victorias
Uno de los primeros golpes conjuntos de los tres hermanos fue un ataque en Lípari a una nave en la que iban 360 españoles, enviados por la corona a reforzar la localidad, facilitado por la traición del contramaestre genovés que aceptó forzar el hundimiento de la nave a cambio de dinero, con lo cual a la tripulación al cautiverio e impulsó la carrera de los Barbarroja.
La Isla de Los Gelves se convirtió en la base de Aruj, donde fue proclamado rey de este territorio tras su alianza con Muley Mauset, rey de Túnez, al que ofreció parte de su botín capturado a los españoles.
Los hermanos se enriquecieron se ganaron la estima del sultán por sembrar de terror las poblaciones del litoral mediterráneo.
En el caso de la costa española, el éxito de los corsarios se vio favorecido por la inactividad de las galeras catalanas dedicadas al corso, que, por una decisión de los Reyes Católicos basada en lo inhumano de la vida de los galeotes, fueron desarmadas a principios del siglo XVI.
Base de operaciones
Desde Los Gelves, los hermanos devastaron las costas de Menorca, Valencia y Alicante sin que nadie saliera al paso de sus ataques furtivos. Dentro de los intentos de arrebatar de manos españolas la plaza de Beyaia murió el otro hermano menos conocido, Ishak, a manos de un artillero que también dejó sin brazo a Aruj.
Se decidió enfrentarse a los españoles que habían ocupado Argel (hoy Argelia), en 1510 por Pedro Navarro. En 1517, Aruj cortó la cabeza en persona al rey de Argel y entregó la ciudad al sultán Selim I.
Los españoles que permanecían guarneciendo el castillo del Peñón de Argel y los refuerzos que desde España se enviaron al conocer la caída de la ciudad fueron masacrados o capturados (1.500 fueron esclavizados).
Desde la plaza española Tremecén, en África, los adversarios del rey español le ofrecieron la corona a Aruj. Allí se presentó. Mientras Barbarroja entraba triunfante en Tremecén y decapitaba a los que le habían ofrecido la corona, el jefe militar de Orán, Martín de Argote, preparó la reconquista de Tremecén.
Muerte de Aruj
Las dos fuerzas chocaron en un pueblo entre Argel y Tremecén llamado Callah. Los otomanos aguantaron el cerco español e incluso contraatacaron provocando más de 400 bajas y capturando a 600.
Martín de Argote decidió ir al frente de 1.000 hombres a vengar la afrenta y recuperar Tremecén. En su huida, Aruj Barbarroja arrojó monedas de oro y plata para retrasar a sus perseguidores.
Pero de nada le sirvió. Barbarroja fue alcanzado por la pica de un alférez asturiano, García Fernández de la Plaza, que cortó la cabeza de Aruj.
García fue recompensado por el Emperador Carlos con el privilegio de nobleza. No obstante, la actividad de Aruj Barbarroja, fue continuada por su hermano Jaredín sin que la empresa familiar registrara quiebro alguno.
Hermano menor lo releva
Jaredín Barbarroja no escatimó en violencia para vengar la muerte de su hermano. En Argel, ordenó asesinar a la mayoría de cautivos cristianos que se mantenían presos en esta plaza y dedicó las siguientes décadas a malograr los avances cristianos en el Mediterráneo.
La alianza de Francia con el sultán turco facilitó que Jaredín Barbarroja tomara la ciudad de Túnez en 1534. Desde Túnez, arrasó la costa napolitana y se atrevió a ir hasta la boca del Tíber, lo que causó tanta alarma que todas campanas de las iglesias de Roma tocaron a rebato.
En 1535, una fuerza hispano-italiana de 300 galeras reconquistó Túnez y Mehedía, a pesar de que Barbarroja interpuso un ejército de 80.000 hombres y 25.000 caballos, que fueron desbaratados por los cristianos al primer envite.
Ese día, 20.000 cautivos recobraron la libertad y 100 naves turcas fueron capturadas y Jaredín fue forzado a huir hasta Argel. El marino genovés más ilustre al servicio de Carlos V, Andrea Doria, persiguió al pirata turco con 40 galeras, pero fracasó. Su venganza, una vez más, fue terrible: Jaredín conquistó Mahón, saqueó Menorca y se apoderó de miles de cautivos.
La era de Jaredín
La ofensiva de Jaredín Barbarroja contra las costas napolitanas convenció al Papa III de la necesidad de organizar una Santa Alianza contra los turco. El Papa unió en una sola fuerza a Venecia, el Imperio español, la Orden de Malta y los Estados Pontificios, pero esta alianza en 1538 recibió un golpe casi mortal en la batalla de Prevenza, que dio a los turcos el dominio del Mediterráneo durante otros 30 años (hasta Lepanto).
Barbarroja atacó una enorme flota de 162 galeras, por sorpresa con sus 140 galeras y sembró el caos entre la escuadra dirigida por Andrea Doria, que, cediendo a la tradicional rivalidad entre venecianos y genoveses, prefirió ver perdidos los barcos venecianos antes que exponer los suyos.
Venecia derrotada firmó un tratado de paz con Solimán «El Magnífico» en 1540 por el cual aceptaba las conquistas turcas recientes y se comprometía a pagar un tributo anual a la Sublime Puerta.
Retiro glorioso
Carlos V ordena a agentes secretos ponerse en contacto con él, en 1540, para ofrecerle que se cambiara de bando a cambio del cargo de Almirante en Jefe y Gobernador General de todos los territorios españoles del Norte de África.
Había pocos motivos para que Jaredín estuviera interesado en abandonar al sultán, que le había colmado de riquezas. Barbarroja contestó con una nueva ofensiva contra las posesiones españolas en Italia y contra Niza, en poder del Duque de Saboya, aliado de Carlos. Recibido con gritos de júbilo por los franceses, Barbarroja se instaló ese invierno en el puerto francés de Tolón, mientras sus galeras asolaban el Levante español.
En 1545, Jaredín Barbarroja se retiró a Estambul, dejando a su hijo Hasas Pasha como su sucesor en Argel. En la capital turca falleció a los 63 años de «muy recias calenturas», siendo enormemente rico y una leyenda viviente.