Un operativo conjunto entre las autoridades peruanas y colombianas ha revelado un búnker utilizado por los disidentes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en la selva del Putumayo, en la frontera entre Perú y Colombia. Así lo reveló el programa Contracorriente de Willax.
Las imágenes y los hallazgos del operativo muestran el grado de sofisticación y la desesperación de estos grupos narcoterroristas, que están intensificando su presencia en suelo peruano.
El 15 de julio de 2024, un operativo de la Policía Nacional del Perú (PNP), en coordinación con la policía colombiana, se ejecutó en la tupida selva del Putumayo. El mismo se basó en información proporcionada por un informante que detalló la ubicación exacta de un búnker utilizado por disidentes de las FARC.
Varias imágenes muestran miembros de este grupo terrorista huyendo en medio de la selva y por el río, dejando atrás un depósito de armas y equipos de fabricación de explosivos.
Los agentes descubrieron un depósito de armas que incluía fusiles, granadas y componentes para la fabricación de explosivos improvisados. Entre los objetos hallados, se encontraron tubos de aluminio, baterías de automóvil y materiales para el armado de explosivos caseros. La evidencia señala que el búnker era un centro de fabricación y almacenamiento de artefactos explosivos improvisados.
En el lugar se encontraron cuadernos con registros detallados de armas y equipos, junto con documentos colombianos clasificados. Un cuaderno denominado «California Beach» contenía listas de insumos, equipos y registros de los integrantes del grupo. También se descubrieron objetos personales como monedas colombianas y alimentos, indicando la presencia continua de al menos 30 miembros de las FARC disidentes en el búnker.
Los hallazgos incluyen un panel solar y componentes electrónicos utilizados para crear dispositivos explosivos. Además, se identificó la utilización de drones para el transporte de bombas, una señal de la creciente sofisticación tecnológica de los narcoterroristas.
El teniente general (R) José Baella, exjefe de la PNP, destacó la gravedad de la situación, señalando que estos grupos no solo están utilizando el territorio peruano para fabricar armas y explosivos, sino que también están involucrados en actividades ilícitas como la producción de cocaína.