Entre los 2,891 documentos desclasificados por la CIA, al menos 52 de ellos ofrecen revelaciones del magnicidio, este es un resumen
Entre los 2.891 documentos sobre el asesinato de John F. Kennedy que el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, hizo públicos por primera vez el jueves 26 de octubre de 2017, hay al menos 52 que se desconocían en toda su extensión
Una transcripción de la declaración de J. Edgar Hoover ubicó al director de la Agencia de Investigaciones Federales (FBI) 45 minutos después de la muerte de Lee Harvey Oswald por un disparo de Jack Ruby. Hoover reveló que el día anterior la agencia federal recibió una llamada anónima de un hombre que «con voz calma» dijo pertenecer a un comité que se había organizado para matar al hombre detenido por asesinar a JFK.
«De inmediato notificamos al Jefe de Policía, quien aseguró que Oswald tendría suficiente protección», explicó Hoover. «Esta mañana llamamos otra vez al Jefe de Policía para advertirle sobre la posibilidad de algún intento contra Oswald, y nuevamente nos aseguró que se le daría la protección adecuada. Evidentemente no sucedió».
Hoover aclaró que Ruby ya había negado haber sido autor de la llamada o haberse unido a alguien para matar a Oswald. Al director del FBI le preocupaba que, aunque tenía pruebas de la culpa de Oswald y grabaciones de sus comunicaciones intervenidas con Cuba y la Unión Soviética (URSS), hubiera alguna duda sobre la culpa del hombre, porque estaba muerto.
La mafia de Chicago y la CIA: una sociedad improbable
Según papeles de la Comisión Rockefeller que en 1975 estudió el papel de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) en los planes para asesinar a Fidel Castro a comienzos del gobierno de Kennedy, el hermano del presidente y Fiscal General, Bob Kenedy, le había dicho al FBI que sabía que la CIA había pagado a un intermediario «para que se acercara a Sam Giancana con la propuesta de pagar USD 150.000 para contratar a un sicario que vaya a Cuba y mate a Castro».
Pero Robert Kennedy lo desaconsejó «porque sería difícil procesar a esa gente en el futuro», dijo en alusión a la mafia que encarnaba el siciliano-estadounidense Giancana. El informe también cita que la CIA manifestó luego interés en que el crimen organizado —perjudicado por las expropiaciones de hoteles y casinos tras la Revolución Cubana— ayudara a que Castro tragase una pastilla envenenada.
OPERACIONES ENCUBIERTAS EN MIAMI
Durante la Operación Mangosta, en la década de 1960, la CIA también consideró acciones encubiertas de terrorismo en Miami, por las cuales se echaría la culpa a los cubanos pro-castristas. Detalla el nuevo documento:
«Podríamos desarrollar una campaña de terror comunista cubana en el área de Miami y otras ciudades de la Florida, y hasta en Washington. Podríamos hundir un barco lleno de cubanos camino a la Florida (real o simulado). Podríamos promover intentos de asesinato de refugiados cubanos en los Estados Unidos, inclusive al punto de causar heridas en algunas instancias que serán ampliamente publicitadas. Un puñado de bombas plásticas en lugares cuidadosamente seleccionados, la detención de un agente cubano y la difusión de documentos preparados para dar sostén a la participación cubana también sería de ayuda al proyectar la idea de un gobierno irresponsable».
LA DIPLOMACIA CUBANA Y EL TIRADOR OSWALD
Según un cable del FBI fechado en 1967, poco después del magnicidio Ramiro Jesús Quintana Abreu, tercer secretario y jefe de la sección consular de la Embajada de Cuba en México D.F., interrogó al agente de la inteligencia cubana Angel Ronaldo Luis Salazar sobre dos personas de Miami. «Abreu dijo que los Estados Unidos trataban de culpar a Cuba» por la muerte de Kennedy, dice el cable.
«Luis declaró que le señaló a Abreu que Oswald debía haber sido un buen tirador, y Abreu le respondió: ‘Oh, era bastante bueno’. Cuando le preguntó cómo lo sabía, Abreu contestó: ‘Yo lo conocía'».
OSWALD, EN LA MIRA DEL FBI DESDE OCTUBRE
El FBI investigaba a Oswald desde un mes antes del asesinato de Kennedy. Un informe de la división de la agencia en Nueva Orleans sobre el Comité Juego Limpio para Cuba explicó que el grupo había estado inactivo desde que Oswald se había ido de la ciudad y que se esperaba «entrar en contacto con fuentes cubanas por indicios de otras actividades».
Los vínculos de Jack Ruby con la policía de Dallas
Un informante dijo al FBI que el asesino de Oswald, Jack Ruby, tenía «una buena entrada» con las autoridades policiales de Dallas. Ruby (cuyo nombre real era Jacob Leon Rubenstein), quien tenía como medio de vida principal la reventa de entradas a espectáculos deportivos, solía servirles alcohol gratis en sus clubes.
En 1963, poco después de la muerte de Kennedy, Hoover envió a la Casa Blanca un memorándum con información secreta que había conseguido el Comité Church. «Según nuestra fuente, los oficiales del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) creían que hubo una conspiración bien organizada de la ultraderecha de los Estados Unidos para realizar un golpe de Estado», dice el texto.
«Parecen convencidos de que el asesinato no fue la obra de un hombre, sino que surgió de una campaña cuidadosamente planificada en la cual participaron varias personas», sigue. La fuente del FBI también señaló que los funcionarios soviéticos negaban cualquier conexión con Oswald.
EN MÉXICO, OSWALD LLAMÓ A UN AGENTE DE LA KGB
Un memo de la CIA del mismo día del asesinato de Kennedy informó que habían interceptado una llamada de Oswald cuando estaba en la ciudad de México, a la embajada rusa en el DF. Oswald habló con el cónsul, Valeriy Vladimirovich Kostikov, «identificado como agente de la KGB». Un oficial del FBI vinculado al caso creía que Oswald había intentado —»en mal ruso»— conseguir ayuda con un pasaporte o una visa.
La URSS, según una fuente de la CIA que se cita en uno de los documentos, temía que, según su teoría del golpe de Estado, la muerte de JFK condujera a la guerra mundial. Algunos oficiales del PCUS se sentían preocupados por la posibilidad de que «sin liderazgo, algún general irresponsable de los Estados Unidos podría lanzar un misil a la Unión Soviética». En el mismo documento se menciona un comentario despectivo de los miembros del PCUS sobre Oswald: «Un maniático neurótico que fue desleal a su propio país».
DE VIETNAM A DALLAS: ¿REPRESALIA?
Un documento secreto de 1975, el testimonio del ex director de la CIA Richard Helms ante la Comisión Rockefeller, sostiene que el ex presidente Richard Nixon creía que la CIA había sido responsable de la muerte del presidente survietnamita Ngo Dinh Diem.
Helms negó que existieran pruebas de tal cosa, y sugirió que la creencia se podía retrotraer a los tiempos en que el presidente Lyndon B. Johnson «anda por ahí diciendo que la razón por la que habían asesinado a Kennedy es que él había asesinado a Diem, y que esto era… justicia». Agregó el ex director de la CIA: «No sé de dónde sacó eso».