Los narcotraficantes emplean acémilas y ‘mochileros’
En el Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem), se han identificado 21 rutas de ‘mochileros’ dedicadas al transporte de cocaína: 16 por tierra, 11 por agua y 6 puntos por donde despegan avionetas cargadas con estupefacientes. Este territorio abarca cinco departamentos, diez provincias y 69 distritos, y es el epicentro de una red financiada con millones de dólares provenientes del crimen organizado. La cocaína producida en laboratorios clandestinos por narcotraficantes nacionales y extranjeros, y remanentes del grupo terrorista Militarizado Partido Comunista del Perú, es transportada a la costa o a Bolivia a través de vías terrestres, fluviales, aéreas y por ‘mochileros’.
El ex primer ministro Alberto Otárola admitió en el Congreso el crecimiento exponencial del narcotráfico en los últimos ocho años. Entre 2015 y 2022, las áreas de cultivo de coca en la Amazonía aumentaron un 135%, lo que ha permitido que Perú produzca 800 toneladas anuales de cocaína y se convierta en el segundo mayor exportador mundial de esta droga. Este comercio ilegal genera una economía que perjudica a las comunidades locales.
Según fuentes de inteligencia policial, en el lugar de elaboración, el kilo de clorhidrato de cocaína cuesta aproximadamente US$1,300. Al ser transportado en avionetas desde Alto Pichas, su precio sube a US$2,300. En Bolivia, este kilo puede valer entre US$2,800 y 3,000. Transportado a Salta, Argentina, su valor aumenta a US$3,800-4,000. Al llegar a España, puede alcanzar los 30,000 euros.
Las avionetas que vuelan de Perú a Bolivia pueden cargar entre 150 y 400 kilos de cocaína. Los campos de despegue se ubican en áreas remotas y de difícil acceso. Las personas que reciben la carga en el monte ganan unos US$300, mientras que los organizadores del transporte se quedan con el 15-20% del cargamento.
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Los narcotraficantes emplean acémilas y ‘mochileros’ para mover la droga. Grupos de 20-25 jóvenes transportan mochilas con 15-25 kilos de cocaína por caminos de herradura y trochas, escoltados por sicarios o remanentes terroristas de Sendero Luminoso para evitar robos. Rutas identificadas incluyen recorridos desde Anco hasta Talavera en Ayacucho, y desde el río Ene hasta Satipo en Junín, entre otras.
Por vía terrestre, 16 rutas están activas, con vehículos que parten de Sivia, San Francisco, Villa Virgen, y otros puntos, llegando hasta Lima, Pasco, Ucayali y Bolivia. Por vía fluvial, 11 rutas utilizan el río Apurímac, con embarcaciones que navegan hacia puerto Prado, Atalaya y Sepahua. La vía aérea incluye vuelos clandestinos entre Perú y Bolivia, con pistas descubiertas en Pasco, Ucayali y Cusco.
El 11 de febrero de 2023, siete policías fueron emboscados y asesinados por narcoterroristas en La Convención, Cusco. Este ataque se consideró una represalia contra una operación militar exitosa contra Sendero Luminoso, pero algunos expertos lo interpretan como venganza del narcotráfico.
El exministro del Interior Rubén Vargas destaca que el 70% de la cocaína peruana proviene del Vraem, donde solo hay dos bases antidrogas. También menciona que más de 20,000 cocaleros legales se ven empujados a la ilegalidad debido al monopolio y prácticas de compra de Enaco.
Hasta ahora, se han decomisado 43.3 toneladas de cocaína, pasta básica y marihuana, y se ha desmantelado 49 redes criminales en lo que va del año. Además, se han identificado 33 pistas de aterrizaje clandestinas en la región.