Según sus vaticinios, el Papa Francisco sería el prelado del fin del Vaticano
Malaquías fue un arzobispo católico irlandés de la diócesis de Armagh, donde nació en 1094, canonizado en 1190, y muerto el día que previamente él mismo había anunciado, el 2 de noviembre de 1148 en Clairvaux.
Su festividad se celebra el 3 de noviembre y si bien es cierto que acertó con la fecha de su muerte, otros vaticinios que hizo acaparan la atención de estudiosos y cabalistas.}
A Malaquías se le atribuyen dos listas de profecías, una sobre los papas, publicada en 1595, y otra sobre el destino de su país, Irlanda, publicada en 1690.
Hombre de gran celo religioso, Malaquías restauró la disciplina en la Iglesia de Irlanda, persiguió el paganismo y restableció la moral católica.
En 1139 viaja a Roma a entrevistarse con el Papa. Ante la situación que encontró en la sede pontificia, frívola y corrupta, con compraventas de solideos y cargos en la curia, con el papado a merced de poderosas familias italianas y reyes europeos, escribió una serie de predicciones aconsejado por su amigo Bernardo de Claraval (reformador del Císter, y organizador de la Orden del Temple), en cuyos brazos murió. En estas predicciones habla de los distintos Papas, ssu lemas, su papado y su extinción.
En su segunda en trega de profecías otras profecías hace vaticinios sobre el futuro de su país, predice el futuro y las luchas, religiosas y políticas, de Irlanda, profecías que se han ido cumpliendo en gran parte, como su independencia de Inglaterra.
‘PROFECÍA DE SU MUERTE’
A san Malaquías se le atribuyen muchos milagros, pero mayormente se le recuerda su don de profecía del día de su muerte. Y acertó. Según nos relata San Bernardo, su hagiógrafo, Malaquías anunció el día exacto de su muerte, el 2 de noviembre, estando con él en la abadía de Clairvaux.
Por eso es de suponer que acertara en otras predicciones de las que la más famosa y controvertida es la lista referente a 112 Papas, incluido el Papa Francisco, que según las profecías sería el último en ocupar el sillón de Pedro.
La «Profecía de los Papas» apareció en el tomo “Lignum vitæ”, ornamentum, et decus Ecclesiae (‘El árbol de la vida, el ornamento y la gloria de la Iglesia’) a finales del siglo XVI en Venecia.
El Lignum vitae es una biografía colectiva de benedictinos que alcanzaron la máxima dignidad episcopal, donde resalta la figura de san Malaquías, diciendo que «escribió varios opúsculos».
El libro ofrece el listado de sus profecías, advirtiendo que se trata de un texto ya conocido desde 400 años atrás, pero todavía no publicado. El libro resultó un éxito -el primer bestseller– en toda Europa (le siguió pocos años después el Quijote), y pese a sus terribles augurios donde hablaba del fin de la iglesia católica, nunca fue corregido, ni perseguido, ni amonestado por la Inquisición.
Las profecías se componen de una serie de 111 pequeños lemas o frases en latín, donde hace alusión y cuenta alguna característica de los siguientes 111 papas, y antipapas, que gobernarían la Iglesia, desde Celestino II (elegido en 1130), hasta un último pontífice, el 112, al que aplica el lema Petrus Romanus, con el que llegaría el fin del mundo.
Estos «lemas» descriptivos de los Papas pueden referirse a un símbolo de su país de origen, a su nombre, a su escudo de armas, a su talento o cualquier otra cosa que tenga que ver con el Pontífice en cuestión. Por ejemplo, el lema de Urbano VIII es Lilium et Rosa, porque era de Florencia, en cuyo escudo aparece la flor de lis.
Se ha debatido mucho si San Malaquías es el verdadero autor. Ciertamente el manuscrito original que entregó al Papa no se ha encontrado.
Según la hipótesis del Abad Cucherat (1871), san Malaquías escribió las profecías en Roma, entre los años 1139 y 1140 cuando visitaba al papa Inocencio III para reportarle asuntos de su diócesis. Aprovechó para entregarle su manuscrito que el Papa guardó en los archivos romanos donde quedó olvidado hasta su descubrimiento en 1590.
Algunos de los lemas pueden resultar coincidentes con el tiempo y la principal actividad del ocupante en ese momento del trono papal, pero otros solamente encajan con explicaciones elaboradas y a veces retorcidas.
También hay lemas tan amplios y genéricos como para poder aplicarlos a muchos papas. Por ejemplo, todos los papas del siglo XX han tenido una «fe intrépida» y han sido «pastores angélicos». Lógico.
PROFECÍA DE LOS PAPAS
Las notas correspondientes a los papas desde 1595 a la actualidad son casi todas de carácter simbólico y genéricas, aunque con sus atisbos de aciertos, mientras que las anteriores a esa fecha describen a los papas con gran precisión.
La lista acaba con el pontífice número 112, llamado «Petrus Romanus» (Pedro el Romano), al que aplica una cita de carácter apocalíptico, que muchos interpretan como el fin del mundo y del papado.
Este Papa es el actual papa Jorge Mario Bergoglio, cuya frase “el fin del mundo” ha dado pie a mil elucubraciones, relacionándola, junto a otros aspectos, como el de “papa negro” por ser jesuita, con las profecías de San Malaquías y Nostradamus.
Una muestra de sus vaticinios son las siguientes, escogidas a partir del siglo XX:
104: «Religio Depopulata» (Religión devastada). Benedicto XV (1914-1922): Se desencadenó la I Guerra Mundial y surgió la revolución comunista que tanto afectaría a la iglesia de Roma, un peligro para la Iglesia tras el Telón de Acero.
105: “Fides intrepida” (La Fe Intrépida). Pío XI (1922 –1939). Genérico, como hemos apuntado
106: “Pastor angelicus” (Pastor angélico). Pío XII (1939-1958). Reconocido como un gran intelectual y defensor de la paz ante la II Guerra Mundial.
107: “Pastor y nauta” (Pastor y navegante). Juan XXIII (1958-1963). De corto pontificado, era muy mayor, pero intenso. Juan XXIII fue Patriarca de Venecia, ciudad de navegantes. Condujo la Iglesia al Concilio Vaticano II, abogando por su “aggiornamento”.
108: “Flos florum” (Flor de las flores). Pablo VI (1963-1978). Su escudo contiene la flor de lis (la flor de las flores). Un intelectual que continuaría la labor conciliar de su antecesor.
109: “De Medietate Lunae” (De la Media Luna). Juan Pablo I. Elegido en 1978, murió al mes siguiente. Se llamaba “Albino Luciani”, es decir “Luz Blanca”, y había nacido en la diócesis de Belluno (del latín bella luna). Fue elegido el 26 de agosto del 1978. La noche del 25 al 26 la luna estaba en “media luna”. Murió tras un eclipse de la luna. También su nacimiento, su ordenación sacerdotal y episcopal ocurrieron en noches de media luna. Curioso, ¿no?
110: “De labore solis” (De la fatiga o trabajo del sol). Juan Pablo II (1978-2005). Uno de los pontificados más largos, de un trabajo extraordinario y extenso, tanto fuera como dentro del Vaticano, rodeado de problemas políticos y financieros. Los días de su nacimiento y muerte hubo eclipses solares. También curioso. ¿Puras coincidencias circunstanciales?
111: “Gloria olivae” (La gloria del olivo). El alemán, Benedicto XVI (2005-2013), nació y fue bautizado en un Sábado de Gloria. También hace referencia al olivo (“olivetans”) que contiene el escudo de la Orden de los benedictinos.
Queda uno en esta lista que se supone hace referencia al Papa argentino.
El 112: «Petrus Romanus» (Pedro Romano). La profecía termina con una cita apocalíptica referida al último papa: ”In extrema S.R.E. sedebit Petrus Romanus qui pascet oues in multis tribulationibus, quibus transactis ciuitas septicollis diruetur, et Judex tremendus iudicabit populum suum. Finis”. En castellano: “En persecución extrema, en la Santa Iglesia Romana, reinará Pedro el Romano quien cuidará a su rebaño en muchas tribulaciones, transcurridas las cuales, la ciudad de las siete colinas (¿Roma? ¿Jerusalén?) será destruida y el Juez Terrible juzgará a su pueblo. Fin’.
LA DESTRUCCIÓN DE ROMA
Francisco es el primer Papa perteneciente a la Compañía de Jesús a cuyo líder se le suele calificar como ‘papa negro’, por su poder dentro de la iglesia. Nostradamus vaticinó que un «rey negro» en el trono del Vaticano será el último Papa antes de que el mundo sucumba: «Al principio habrá enfermedades mortales como advertencia; luego habrá plagas, morirán muchos animales, habrá catástrofes, cambios climáticos y guerras…«.
La profecía de San Malaquías, a su vez, dijo que el último papa antes «del final de los tiempos» sería el papa 112 después de su tiempo (desde Celestino II en el siglo XII), bajo quien «la ciudad de las siete colinas será destruida».
Según los manuscritos de Malaquías, la ciudad de las siete colinas a la que se refiere, es Roma (otros dicen que es Jerusalén, origen del cristianismo), de ahí que este pontífice signifique para algunos el final de la Iglesia católica y para otros, el de la humanidad. Bergoglio es el papa 112 desde la época de Malaquías.
Y no faltan las supersticiones basadas en datos objetivos que han acompañado al Papa argentino desde su elección. La última hora del martes, día 12 de marzo del 2013, cuando se realizaba la primera votación del cónclave, la luz nocturna de la cúpula de la Basílica de San Pedro se apagó repentinamente.
Un rayo, y hay fotos que así lo atestiguan para la posteridad, chocó contra la cúpula de la misma Basílica un día después de que dimitiera, por motivos de salud, Benedicto XVI.
ELECCIÓN DE FRANCISCO
La fecha de la elección de Francisco da pie a realizar miles de conjeturas, cábalas y deducciones con los significados religiosos y cabalísticos del número tres: el 13-03-13. Y por si fuera poco, se le añade otro 3: era miércoles, tercer día de la semana.
También hay quien añade otro detalle: Francisco fue elegido en la tercera votación del cónclave (de nuevo el tres). Y aquí no acaban los augurios que, como en tiempos remotos, vino de la mano del vuelo de un ave. Una gaviota se posó ese miércoles en la chimenea de la Capilla Sixtina poco antes de salir la “fumata blanca”, anunciando la elección del nuevo sumo pontífice.
Se posó sobre la chimenea casi media hora. Como las cámaras de fotos y televisiones estaban enfocando ese punto, la gaviota se convirtió en el pájaro más visto del mundo. Según la doctrina católica es el Espíritu Santo quien elige al sucesor de Pedro a través de las votaciones de los cardenales.
Aunque suele hacerlo bajo la apariencia de una paloma, más usual para enviar mensajes, ¿no podría haber adoptado en ocasión tan solemne la forma de gaviota? Los designios de Dios son inescrutables. ¿Coincidirán con estas profecías?