Por Juan Sotomayor
Mientras el cronograma de las elecciones regionales y municipales avanza inexorablemente, un halo de expectativa, con gran dosis de suspenso, se vive entre las agrupaciones políticas, debido a la espera de los pronunciamientos que deben realizar los Jurados Electorales Especiales respecto a las tachas interpuestas contra las listas admitidas a trámite, especialmente a aquellas que cuentan con mayor preferencia de los electores. La incertidumbre se extiende más aún, cuando lo resuelto en primera instancia es objeto de apelación y corresponde ser atendido en instancia definitiva por el Jurado Nacional de Elecciones.
Es cierto que ello forma parte del juego electoral, pero preocupa que en algunos casos los propios jurados promuevan este clima. Por ejemplo, hay casos de tachas interpuestas contra listas completas de candidatos a un gobierno regional. Según el numeral 2.12 de la Tabla de Tasas en Materia Electoral, aprobada por el Jurado Nacional de Elecciones mediante Resolución Nº 0554-2017-JNE del 26 de diciembre de 2017, para admitir a trámite la tacha contra toda la lista, se debe pagar una tasa que asciende a una UIT por cada candidato tachado. De lo contrario, la tacha debería ser rechazada de plano. Sin embargo, algunos Jurados Electorales Especiales (JEE) han dado trámite a tachas de este tipo sin cumplir dicho requisito, con lo cual no sólo se viola la legislación vigente, sino que también se pone en duda su objetividad e imparcialidad.
De acuerdo a ley, las autoridades electorales tienen plazo hasta 30 días antes de las elecciones para resolver de manera definitiva, lo cual deja un periodo muy corto para que los candidatos que superen el periodo de tachas, puedan dedicarse con tranquilidad a su campaña proselitista. Eso lo saben algunos “estrategas” de la política, quienes muchas veces patrocinan tachas que a todas luces son improcedentes, solo con el afán de distraer al rival y no dejarlo concentrarse en su campaña. Ellos saben que, aun cuando la tacha sea rechazada, el solo hecho de llevarla hasta la última instancia ya les genera una ganancia. En tal sentido, además de la justicia en el fallo final, también es muy importante que éste se emita con la celeridad del caso… Justicia que tarda, deja de ser justicia.