Varios expertos africanos, entre los que se encuentran políticos y académicos, se reunieron en Kinshasa y plantearon la la expulsión de la Rasd de la Unión Africana.
Ellos hicieron un llamado a la expulsión de la autoproclamada Rasd de la Unión Africana con el fin de lograr un avance institucional.
Estuvieron reunidos en la capital congoleña con motivo de un seminario organizado por el Bufete de Asuntos Públicos (BM Partners).
El tema fue “La Unión Africana a la luz de la cuestión del Sáhara: cómo pasar de una dinámica de fracaso a una solución definitiva al servicio de la unidad africana”.
Los participantes realizaron un estimulante ejercicio intelectual, basado en el pragmatismo, la serenidad y la búsqueda de soluciones concretas.
Todo ello ante un diferendo artificial que sigue minando la estabilidad, la paz y la seguridad de África. También han sido afectados su integración económica, subregional y continental.
En este acto, el ex primer ministro de la República Centroafricana, Martin Ziguélé, afirmó que existe un desconocimiento de la historia de los Estados.
Indicó que algunos lo aprovechan para plantear el principio deintangibilidad de las fronteras después de la colonización para hacer paralelismo fácil y sofismas.
Subrayó que la realidad es diferente ya que el Sáhara fue, es y seguirá siendo marroquí. Agregó que el Reino era un Estado soberano que goza de su plena integridad territorial incluso antes de la colonización.
NO ESTADO
Por su parte, el primer ministro de la República Democrática del Congo (RDC), Samy Badibanga, afirmó que la UA cometió un error desde el principio al admitir a un no-estado que es el Polisario cómo miembro a pesar de que los propios textos de la organización no lo permiten.
Añadió que no es posible proyectarse en un futuro africano en presencia de este pequeño grupo. Precisó que las verdaderas discusiones deben tener lugar entre Marruecos y Argelia y no con este no estado.
El ex primer ministro congoleño se felicitó del verdadero éxito de la diplomacia marroquí. Consideró que muestra de ello es el gran número de países que han abierto consulados generales en Dajla y Laayún.
También destacó la visión del Rey Mohammed VI que se basa en una inversión completa en las provincias del sur para el desarrollo del país en su conjunto.
EXPULSIÓN DE LA RASD
En este mismo lineamiento, también se pronunció la ex ministra del Interior de Zambia, Grace Njapau.
Ella instó a Argelia a asumir sus responsabilidades para poner fin al conflicto artificial en torno al Sáhara marroquí. Consideró que se debe poner en relieve la firme voluntad de Marruecos de proseguir su política de mano tendida.
Anotó que esto ha sido reafirmado por el Rey Mohammed VI. El objetivo es superar el estancamiento de las relaciones y encontrar una solución a este diferendo inútil.
Destacando que el Sáhara marroquí de hoy es una región más próspera, estable y avanzada. Ello gracias al Nuevo Modelo de Desarrollo para las Provincias del Sur puesto en marcha en 2015.
Njapau enumeró con detalles los logros de Marruecos en los ámbitos de la industria, las infraestructuras, la salud, el comercio y el medio ambiente.
El llamamiento a la expulsión de la rasd de la UA fue lanzado después de un examen profundo del contexto particular en el que una entidad separatista no estatal, sin soberanía y sin independencia, fue admitida en la OUA en 1982, en una época en la que el continente estaba plagado de diferentes corrientes ideológicas, hoy obsoletas.
AUTONOMÍA
Por otra parte, los participantes afirmaron unánimemente que el plan de autonomía propuesto por Marruecos para sus provincias del sur constituye la única solución viable para una solución definitiva del diferendo en torno al Sáhara marroquí, destacando que la iniciativa marroquí de autonomía representa una solución política, justa, duradera y mutuamente aceptable, que está en consonancia con las últimas resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
Los ponentes afirmaron que la entidad quimérica, no estatal, que actúa a favor del secesionismo, de la violencia y de bloqueos, representa una verdadera plaga susceptible de amenazar la estabilidad de toda la región sahelo-sahariana, y más allá, de todo el continente africano, así como una amenaza para la puesta en marcha de la Zona de Libre Comercio Continental Africana (AFCFTA).
