Hay dos cosas seguras que la ciencia se propone desarrollar en el 2020. 1) Se enviarán a Marte dos ambiciosos robots y 2) Se tratará de obtener una imagen del agujero negro del centro de la Vía Láctea.
¿Qué nuevos descubrimientos científicos nos depara el 2020? Resulta difícil predecir qué ocurrirá en campos que avanzan a velocidad de vértigo, pero hay ciertas cosas seguras que podemos vaticinar. Durante este año se enviarán a Marte dos ambiciosos robots, se tratará de obtener una imagen del agujero negro del centro de la Vía Láctea y se sentarán las bases de un par de instalaciones cruciales para ampliar las fronteras de la física. Los órganos sintéticos, la vida artificial y la técnica de edición genética CRISPR también serán protagonistas.
En busca de vida en Marte
Los investigadores llevan décadas estudiando la geología de Marte para tratar de averiguar si es, o fue, habitable. Sin embargo, este año se lanzará una misión que buscará indicios directos de vida y otra que permitirá que, en unos diez años, una nave traiga a la Tierra rocas del planeta rojo. Eso sí, ambas llegarán en 2021.
En julio de 2020 la Agencia Espacial Europea (ESA) y la rusa Roscosmos lanzarán a Marte el rover “Rosalind Franklin”, como parte de la misión “ExoMars”. Este robot podrá detectar moléculas orgánicas indicadoras de vida y cuenta con un taladro para buscarlas en el subsuelo, hasta una profundidad de dos metros. Esto es relevante porque se sospecha que bajo la superficie hay agua líquida y los supuestos microbios marcianos estarían a salvo de la radiación que barre el exterior.
También en el verano del año próximo la NASA lanzará el “Mars 2020”, un sofisticado rover, muy similar al «Curiosity», que hoy explora Marte. Este explorador tomará muestras del suelo marciano y las dejará en el interior de 43 tubos. Estos viales serán recogidos más adelante por la “Mars Sample Return Mission”, un ambicioso programa de la NASA y la ESA para lanzar dichas muestras desde Marte y llevarlas hasta el desierto de Utah, EEUU, en 2031.
Infinitamente pequeño
Este año los científicos no se olvidarán del dominio de lo infinitamente pequeño. En mayo de 2020, la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN) espera asegurar los fondos para construir un colisionador de partículas que será más potente y mucho mayor que el famoso LHC (“Large Hadron Collider”). Se trata del “Future Circular ColliderStudy” (FCC), un mega-colisionador de hadrones, que contará con un anillo de 100 kilómetros de longitud, frente a los 27 del LHC, y que será seis veces más potente. Su costo ascenderá hasta los 21.000 millones de euros, pero permitirá adentrarse en las fronteras desconocidas de la física.
Hacia la vida artificial
La década pasada se pudo apreciar el despegue de la biología sintética, una aproximación cuyo objetivo es diseñar genomas a medida para introducirlos en seres vivos sencillos. Así se puede lograr que ciertos microorganismos, como bacterias o levaduras, fabriquen medicamentos, hormonas o combustibles.
Una investigación dirigida por el multimillonario Craig Venter logró crear la primera forma de vida con un genoma sintético en 2010. Solo seis años más tarde Venter logró crear un genoma mínimo, con los genes indispensables, e introducirlos en una bacteria. Todo esto se logró en una de las bacterias más simples que se conocen, la llamada Mycoplasmamycoides.
En 2020 se espera que una colaboración de 15 laboratorios de investigación, llamada « Yeast 2.0», logre reconstruir artificialmente el genoma de la levadura del pan (Saccharomycescerevisiae). A diferencia de los trabajos de Venter, en este caso el organismo es muy complejo y su genoma es muy intrincado, ya que cuenta con 16 cromosomas (el humano tiene 23 parejas).
Los investigadores han estado haciendo pruebas y modificando este genoma artificial, lo que es muy interesante para estudiar al organismo y para desarrollar nuevas vías para sintetizar productos, como biocombustibles o medicinas. A diferencia de la biotecnología, que modifica organismos preexistentes, la biología sintética buscar diseñar nuevos organismos a medida, lo que abre nuevas posibilidades.
Órganos sintéticos
En la última década, científicos como el español Juan Carlos Izpisua han trabajado en aprender a mantener embriones vivos fuera del útero y en desarrollarlos de forma artificial a partir de una sola célula. De esta forma no solo se puede estudiar el desarrollo embrionario, lo que es clave para comprender el origen de muchas enfermedades, sino también avanzar hacia el cultivo de órganos o tejidos sintéticos en otros animales para que puedan ser trasplantados a humanos.
En 2020 está previsto que el equipo de Hiromitsu Nakauchi, investigador en la Universidad de Tokio (Japón) comience a cultivar tejidos humanos en embriones de ratón y de rata. A continuación, tiene pensado trasplantar esos embriones híbridos a animales, en un paso que no se había podido hacer hasta ahora.
Avances médicos
Aparte de lo ya comentado, 2020 será el año en que se producirán otros muchos avances. En el espacio, China lanzará la misión “Chang´e 5” a la Luna, con el objetivo de recoger muestras y traerlas de vuelta a la Tierra. La compañía SpaceX tiene previsto lanzar hasta un total de 12.000 satélites de su nueva constelación, «Starlink», que ofrecerá acceso a internet por vía satélite.
En 2020 se obtendrán los resultados de una gran prueba realizada en la ciudad de Yogyakarta, Indonesia, en la que se han liberado mosquitos infectados con una bacteria (Wolbachia), que tiene la capacidad de inhibir la replicación de los virus del dengue, el chikungunya y el zika. También se pondrá a prueba una vacuna contra la malaria en Guinea Ecuatorial y la Organización Mundial de la Salud espera eliminar la tripanosomiasis o enfermedad del sueño, como problema de salud pública.