Por: OMAR CHEHADE
Ex Vicepresidente de la República del Perú
LOS VICEPRESIDENTES
En Perú siempre ha existido la costumbre que casi todos los presidentes de la República no gustan de tener vicepresidentes protagónicos, sino más bien agónicos. Lamentablemente esa ha sido parte de nuestra crónica. En un repaso de nuestros últimos 40 años de historia, el presidente Fernando Belaunde luego de asumir el mando no veía con buenos ojos a su primer vicepresidente, Fernando Schwalb López Aldana, y llevado por celos políticos decidió alejarlo del país nombrándolo embajador del Perú en Estados Unidos. Después de tres años de desgaste del gabinete de Manuel Ulloa, regresó brevemente al país designado como canciller, para luego volver a los Estados Unidos. En el caso de su segundo vicepresidente, Luis Alva Orlandini, fue connotado dirigente y fundador de Acción Popular. Fue Senador de la República. En el primer gobierno de Alan García fueron históricas las desavenencias que tuvo con el connotado senador, escritor y viejo líder aprista, Luis Alberto Sánchez a quien le desagradaban los devaneos del mozalbete presidente. Luego de la muerte de Sánchez en 1994, hasta el último día de vida de García no recuerdo una frase ni mención honrosa que hiciera en público a favor de tan connotado pensador y político peruano. Con respecto a su segundo vicepresidente, Luis Alva Castro, después que dejó el Ministerio de Economía son conocidas las peleas internas entre ambos. Alberto Fujimori inauguró su gobierno con la vicepresidencia de Máximo San Román quien le declaró la guerra cuando el presidente se puso de espaldas a la ley y dio un golpe de Estado, asesinando la democracia en 1992, y en el caso del segundo vicepresidente, el pastor Carlos García y García, no tuvo la suerte de ser recibido en Palacio de Gobierno por Fujimori, fue mezquinamente ninguneado. En el 2001, Alejandro Toledo respiró aliviado cuando Raúl Diez Canseco renunció a la vicepresidencia, pues lo miraba con celos pensando en que podía opacar su actuación, y en cuanto a David Waisman son conocidos los desencuentros que había cuando éste públicamente efectuaba críticas a la vida desordenada y lujuriosa del mandatario. El año 2006 juró nuevamente a la presidencia Alan García, y los vicepresidentes pasaron desapercibidos, pues injustamente el almirante Luis Giampietri casi nunca fue recibido por García en Palacio, y la vicepresidenta Lourdes Mendoza del Solar fue relegada casi como un instrumento decorativo. El 2011 luego de asumir la presidencia Ollanta Humala, son famosos los desencuentros que tuve no solo con el presidente sino especialmente con su esposa, tanto que faltando poco más de un año de gobierno me alejé de ellos y los denuncié por usurpación de funciones y otros actos ilícitos. La historia luego me daría la razón. La vicepresidenta Marisol Espinoza también fue maltratada. Tanto en Estados Unidos como en Argentina, constitucionalmente el vicepresidente de la República, asume la presidencia del Senado, y tiene otras funciones específicas de apoyo al gobierno. En Perú deberíamos seguir esos exitosos ejemplos, reformar el capítulo de las funciones de los vicepresidentes, y fortalecer la fórmula presidencial.