Lucio Gutierrez: “No hay garantías para elecciones transparentes en Venezuela este mes”

Por: Pablo Carranza

 

– ¿Cree que las elecciones presidenciales de Venezuela serán limpias y confiables?

Lamentablemente, todo lo que hacen los gobiernos totalitarios, estos gobiernos que se hacen llamar del Socialismo del Siglo XXI, generan muchas dudas por la falta de transparencia. Eso hemos visto en Venezuela, se repite en Nicaragua, y algo de eso también pasaba durante la época de los Kirchner en Argentina. En consecuencia, no hay garantías para que las elecciones en Venezuela sean transparentes. Es cierto que hay delegados internacionales, pero los delegados internacionales miran por afuera. Es como cuando un médico le examina a una persona por teléfono, si no sabe cuáles son los exámenes del laboratorio, no puede decir a la persona si está sana o está enferma. No tiene un diagnóstico preciso. Eso pasa en Venezuela. Pueden ir los delegados de varias instituciones democráticas que miran solamente de manera superficial, pero no tienen acceso a los programas informáticos, no tienen acceso al programa para realizar el cómputo de los votos, porque eso lo controlan de manera absoluta, los del gobierno de Nicolas Maduro, por eso no hay certeza en la transparencia. Eso obliga a que la comunidad internacional esté mucho más atenta, esté mucho más de frente en el proceso preelectoral. Y también eso obliga a que los venezolanos, si quieren un cambio, voten con contundencia de manera totalmente mayoritaria para el cambio en Venezuela. Porque si es que el voto es mayoritario, difícilmente podrán hacer el fraude electoral.

 

– Entonces, ¿Qué sería lo ideal sería, que participen las fuerzas de oposición o que no lo hagan?

A ver, realmente es como estar entre la espada y la pared, porque si no participan, les dejan el camino libre para que hagan ellos lo que les da la gana, como ya sucedió en el pasado en Venezuela. Si participan, de alguna manera como que estarían validando el proceso, pero con todos los problemas, la segunda opción es la mejor. Lo que sí es que el pueblo venezolano, si quiere cambio, si quiere liberarse de esa narco-dictadura, tienen que votar mayoritariamente por el cambio, en contra de Maduro. Entonces va a ser difícil el fraude electoral. La comunidad internacional y especialmente aquellos países que puedan realizar un control más exhaustivo, sobre todo de este proceso telemático, electrónico, informático, pues que lo hagan para evitar que se trunque esta nueva oportunidad que tienen los venezolanos de recuperar la paz, la tranquilidad y de recuperar sobre todo la democracia.

 

– ¿Cuánto daño le hizo el ‘Chavismo’ a Venezuela en casi 25 años de gobierno?

El daño que Hugo Chávez hizo a Venezuela es total. Yo tuve la oportunidad de decirle a Chávez, cuando conversábamos, le decía: “Estás equivocado, tú vas a empobrecer al pueblo venezolano. Y cuando venga la crisis, los más ricos se irán de Venezuela y los pobres a quienes tú dices defender, van a sufrir las consecuencias”. Pero me quedé muy corto en mi diagnóstico porque los pobres de Venezuela también tuvieron que salir de Venezuela como siete millones a pedir caridad en los países latinoamericanos y en algunos países de Europa y de América del Norte. Definitivamente el daño es total. Un país tan rico como Venezuela, sumido en la pobreza, sumido en la incertidumbre, que era atractivo para las inversiones extranjeras, ahora casi nadie quiere invertir en Venezuela. Es un cambio total, pero para mal. Ojalá pues en estas elecciones se pueda recuperar la democracia en Venezuela y eso sería realmente un gran alivio para los venezolanos que han tenido que salir de su país y están sufriendo en países hermanos latinoamericanos.

 

– ¿Qué es lo que tendría que pasar para que Venezuela se libere del chavismo?

Bueno, tal vez. A ver, en primer lugar, los que deben propiciar el cambio en Venezuela son los venezolanos. Ellos son los que votaron por Hugo Chávez y después le religieron a Hugo Chávez. Entonces son ellos los que tienen que corregir ese error gravísimo y histórico que cometieron en Venezuela. Está bien equivocarse una vez, tal vez una segunda vez, pero no reiteradamente equivocarse, porque después a quién van a reclamar, a quién van a culpar los venezolanos si ellos mismos están poniéndose la soga al cuello, votando por sus verdugos, por los que han destruido Venezuela. Eso en primer lugar, y en segundo lugar también la comunidad internacional debería dejar de ser hipócrita y no solamente quedarse en discursos, en lamentaciones y deberían actuar. Si la OEA, si la ONU, que solamente sirven como burocracia internacional y no actúan en casos como el de Nicaragua, como el de Cuba, como el de Venezuela, pues hay que hacer cambios para que sean organizaciones efectivas y realmente obliguen, busquen métodos precisos, métodos mucho más eficientes para exigir que en todos los países de nuestra América, y en el caso de la ONU en el mundo, haya realmente democracias. Porque si no sirve, en el caso de la OEA, para mantener la democracia en América, entonces ¿para qué seguimos los países sosteniendo una burocracia internacional inservible? Deberían desaparecer esos organismos. Entonces también la OEA tiene que cambiar o desaparecer. Y al decir cambiar, deben ser más efectivas para que países en los que se rompa la democracia, en los que se esté gobernando en contra de un pueblo, se esté empobreciendo masivamente un pueblo, se produzcan migraciones masivas como la que habita en Venezuela, pues obligar con esas decisiones a que cambie ese país y a que se recupere la democracia. Eso es lo que deberíamos hacer a nivel internacional, especialmente los gobiernos.

 

– Hace poco el actual presidente Daniel Noboa visitó el Perú para un gabinete binacional. ¿Cómo ven las relaciones entre Perú y Ecuador?

Yo las veo muy buenas. Yo veo que sigue creciendo ese intercambio y apoyo mutuo entre dos países hermanos, como Ecuador y Perú. Y ojalá sigamos por esa senda de apoyo mutuo, de participarnos de las mutuas experiencias para solucionar los problemas que definitivamente son los mismos. Yo veo falta de trabajo, mejorar la salud, mejorar la educación, agresión a la naturaleza, corrupción e impunidad. Entonces, si las relaciones se fortalecen, si el intercambio de experiencias es mucho más fuerte, eso nos va a ayudar a que solucionemos de mejor manera, de forma más rápida y a menor costo, nuestros problemas que, repito, son comunes entre los dos países. Pero, en todo caso, estoy muy optimista. Seguimos avanzando de manera positiva. Y eso se nota, especialmente en la frontera, cuando uno visita el norte del Perú, que hermoso ver cómo sitios que antes eran áridos, ahora están muy prósperos.


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