Dirigentes de la ciudadela inca aseguran no estar preparados para recibir a turistas
Turismo en para. El lugar turístico más famoso del país, Machu Picchu, en la región Cusco, seguirá cerrado tras descartarse su reapertura para el primero de julio por demoras en la implementación de medidas de bioseguridad y el temor de poblaciones aledañas a contagios del coronavirus.
El gobernador regional de Cusco, Jean Paul Benavente, anunció que dicha posibilidad quedó descartada y así también el reinicio de las visitas de turistas para esa fecha por la falta de aprobación de los protocolos de bioseguridad destinados a evitar contagios de COVID-19.
“Es un tema que se define desde el Ministerio de Cultura, los protocolos están hechos. Todavía se va a evaluar y a la espera de una aprobación sectorial. En las semanas siguientes seguro tendremos mejores noticias”, señaló.
La máxima autoridad regional, que además preside la Unidad de Gestión del Santuario Histórico de Machu Picchu, precisó que los sectores competentes aún están evaluando los permisos respectivos, por lo que no se tiene fecha oficial de la reapertura de la maravilla mundial: “Se están tramitando los permisos y los protocolos. Al mismo tiempo, de lograr la autorización del plan de riesgos de control sanitario, no hay una fecha oficial para la reapertura de Machu Picchu”, agregó.
Por su parte, el director de la dirección desconcentrada de Cultura (DDCC), Fredy Escobar Zamalloa, indicó que la Llaqta del santuario está lista en la medida que las autoridades competentes autoricen su reapertura.
“El relanzamiento de Machu Picchu al mundo, tiene que pasar bajo muchas circunstancias, primero el Gobierno debe decidir el grado de sanidad determinante para la reapertura de la maravilla, mientras tanto, nosotros estamos listos para el día en que las autoridades competentes determinen la apertura de Machu Picchu y la ruta N° 5 de la Red de Caminos contemplado en la primera fase de reactivación”, aseveró.
PERDIDA DE VISITANTES
Previamente a conocerse esta noticia la ciudadela inca, joya del turismo peruano, tenía previsto permitir ingresar cada día a una cuarta parte de los turistas que recibía antes de la pandemia, tras un cierre de más de 100 días.
«La ciudadela Inca de Machu Picchu recibirá sólo 675 visitantes nacionales y extranjeros por día«, un cuarto de la cantidad que acogía antes”, comentó Benavente sobre la reapertura a inicios de junio.
El límite de visitas formaba parte de un protocolo sanitario que contempla el distanciamiento físico, el uso de mascarillas y la restricción de algunas áreas. Cabe precisar que antes de la pandemia, a la ciudadela de piedra de Machu Picchu ingresaban entre 2 000 a 3 000 personas por día. En temporada alta, el número llegaba hasta 5 000.
DESCONTENTO SOCIAL
Ante la medida, las bases sindicales de la coordinadora vecinal del distrito de Machu Picchu determinaron iniciar una medida de lucha desde hoy para exigir la suspensión temporal de la apertura de la maravilla mundial. Esto debido a la falta de seguridad y garantías sanitarias ante el COVID-19, así como a la desatención de las necesidades urgentes de los pobladores de aguas calientes.
El presidente del frente de defensa de los intereses de Machu Picchu, Oscar Valencia, afirmó que el riesgo de infección es mucho mayor si se reabren pronto las puertas al santuario histórico. “Estamos con un riesgo mayor de infectarnos, la infección está en crecimiento, seguro que se va a dar un contagio, porque no estamos preparados para recibir a visitantes si es que permitimos que abran el santuario de Machu Picchu” enfatizó.
INFECTADOS POR COVID-19 EN MACHU PICCHU
Cabe resaltar que mediante un comunicado transmitido por las redes sociales de la Municipalidad Distrital de Machupicchu, en la provincia de Urubamba, una representante del centro de salud de la localidad dio cuenta de los primeros casos de coronavirus.
Según se informó son cinco los infectados en el distrito que alberga a la Maravilla Mundial. Dos fueron referidos a la ciudad de Cusco. Del mismo modo se hizo un llamado a la población a seguir cumpliendo las normas de seguridad sanitaria para evitar la expansión del coronavirus.