Actriz asegura que los sueños se pueden transformar o tomar otra ruta
La carismática Macla Yamada comparte detalles de sus inicios en el fascinante mundo de las artes, desde la influencia de la danza y sus experiencias memorables en el escenario desde pequeña hasta su consolidación como actriz.
Comenta cómo su ONG «Dejando Huella» surgió del amor por los animales y su deseo de crear un impacto positivo en la sociedad. Actualmente, Macla se presenta en ‘Velas de Cumpleaños’, la emotiva puesta en escena está en el Teatro Ricardo Blume hasta el 12 de marzo. Entradas en Joinnus.
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– ¿Cómo descubriste que querías dedicarte a la actuación?
Siempre estuve cerca del arte porque mi mamá fue bailarina clásica y me lo inculcó desde pequeña, también declamaba décimas de Nicomedes Santa Cruz; eso me llevó a vivencias increíbles para una niña, como conocer a la familia Santa Cruz y recitar en el Congreso. Como jugando esas experiencias hicieron que empezara a sentir adrenalina al estar en un escenario y me sentía muy bien. Al salir del colegio ingresé a la academia de baile de Maricielo Effio por un casting para una producción de un canal, me becaron y empecé a trabajar como asistente durante tres años. En el 2012 me llamaron a un casting para una obra y desde ahí no paré de hacer cosas pequeñas, medianas, grandes e independientes, todas al final sumaron a este camino.
– Te presentas en “Velas de Cumpleaños”, esta obra tuvo gran acogida y ahora hay una segunda temporada. ¿Cómo te sientes con eso?
Muy contenta. La obra me mueve muchas fibras, no solo porque me ha tocado trabajar con personas con las que siempre soñé hacerlo, sino porque me permitió reconectar con mi familia y las mujeres de esta, cosa que a veces siento que pierdo. Cuando uno vive de lo que le gusta, ama y le apasiona, no siente tanto el trabajo, nunca en esta obra me ha dado pereza ir al teatro, sino todo lo contrario, voy emocionada, cuento las horas para llegar.
– ¿Qué aspectos de la obra te hicieron aceptar este proyecto?
A Miki (el director) le pedí disculpas porque me mandó el guion, pasaron un par de semanas y no le daba una respuesta porque intentaba leer la obra y me quedaba dormida. Le conté a mi terapeuta que tenía un proyecto y que moría por hacerlo, pero que no podía terminar de leer. Me dijo que identificara cuál era la resistencia que tenía el texto, de repente había algo que era difícil de procesar para mí y me apagaba porque no lo quería afrontar. Ese día llegué a casa, terminé de leer la parte de Magdalena y entendí un poco la resistencia porque en ese momento salía de una baja emocional grande y el texto me pintaba en algo ese episodio. Me pareció increíble que llegara cuando ya me sentía mejor como para afrontarlo. Estaría en el proyecto así sean 50 temporadas, es una obra que te marca claramente una identificación por el lado dónde la mires.
– ¿Qué desafíos enfrentaste al hacer más de un papel que reflexiona sobre la vida y lo breve que es esta?
El primer personaje fue el que más me costó, el de la mamá de Ernestina Mirabilia, porque es una edad alejada. Me plantearon que ella tenía 45 años y no recordaba mucho de mi mamá a esa edad, luego sentí que mi abuela materna me decía cosas; pese a no haberla conocido, lo que me contaron de ella fue mi gran inspiración para el primer rol. Me parece precioso conservar a las personas a través del recuerdo. La obra también habla de eso, que las personas no mueren del todo, nos dejan regalos todos los días, a veces es una frase que se queda contigo. Magdalena tiene mucho de mí y con Erni, la bisnieta de Ernestina, es precioso porque juega a ser actriz. Cada uno ha significado un reto distinto. Lo más rico es homenajear ciertas etapas que los seres humanos pasamos.
– ¿Cómo surge tu ONG “Dejando Huella”?
“Dejando Huella” nace con la intención de que tengamos una conciencia colectiva de que la manera en que tratamos a los animales es también cómo nosotros nos desarrollamos como sociedad. Después de esto, mi mejor amigo también acababa de adoptar a un perro, él tiene una productora, conversamos sobre abrir una ONG para ayudar a visibilizar la problemática porque tengo una carrera que me puede dar llegada al público y él es realizador audiovisual.
– ¿Tienes algún sueño pendiente?
Tengo un montón de sueños por delante, pero tres principales: tener un albergue canino, trabajar afuera y hacer mucho cine, ese es el más grande ahorita. También quiero hacer mi covachita en Cuzco, me encanta estar allá, además de otro albergue ahí, porque hay muchos perros por ayudar.
– ¿Qué opinas de quienes dejan sus sueños de lado por priorizar a la pareja, los hijos o la familia en general?
Uno nunca deja de soñar, creo que los sueños se transforman o toman otra ruta, pero siempre habrá algo dentro de nosotros que los impulsa. Así se cumpla en el último momento de nuestra vida o dure tres minutos, cerraremos los ojos diciendo “Sueño cumplido”. Por ejemplo, acabo de salir de un proyecto con Yudai Kamisato, él me contactó para interpretar “Gente Extraña sobre el Adiós del Este de Asia”, tengo raíces japonesas e hicimos un relato acerca de mis vivencias personales y hablamos de mi papá en esa muestra. Él siempre fue muy soñador, pero dejó todo por nosotros. Ahora veo las oportunidades que se presentan para mis hermanos y para mí, son muchos de los sueños que tal vez mi papá tuvo. Mi mamá dejó de bailar, se enamoró de mi papá y con la familia quizá muchos sueños se quedaron al aire, pero siento que algunos fueron heredados a sus hijos, que de alguna forma los ven reflejados y se sienten identificados.
– ¿Cómo crees que el teatro ayuda a tocar temas profundos?
Creería que, al ser un espacio de exposición, el arte es necesario en nuestra vida porque cura a muchas personas. Uno se sienta a ver una obra de teatro, una película o una serie y de pronto algo hace clic dentro de sí mismo, encuentras una semejanza a algo que te pasó e inevitablemente te lleva al movimiento. Hay obras en las que uno sale con ganas de abrazar, de amar, de reunirse con la familia.
– ¿Cuáles son tus próximos proyectos?
Después de “Velas de Cumpleaños” estaré en la obra “Una vida humilde” que se estrena en mayo en el teatro de la Alianza Francesa. Luego haré una de mis obras favoritas “El sistema solar” de Mariana De Althaus que se estrena en diciembre. Esos dos proyectos teatrales me tienen muy contenta.